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España España · Granada
Voto de Kikivall:
8
Drama Ambientada en una isla remota frente a la costa oeste de Irlanda en 1923, narra la historia de dos amigos de toda la vida, Pádraic y Colm, quienes se encuentran en un callejón sin salida cuando Colm pone fin a su amistad de un modo abrupto. Un Pádraic atónito, con la única comprensión de su hermana Siobhán y del simple Dominic, se esfuerza por reconstruir la relación, negándose a aceptar las negativas de su amigo de siempre. Cuando Colm ... [+]
8 de febrero de 2023
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
El dicho “almas en pena” parte de una idea popular referida a gente angustiada, con un estado de ánimo malo por sus desgraciadas circunstancias de vida y con un penar inconsolable. Es una frase que tiene un sentido compasivo, en absoluto burlón.

En este filme hay almas perdidas, personajes en el límite del hastío. Viven en una isla de ficción de nombre Inishering, a principio de los años ’20 del pasado siglo, una pequeña isla remota en la costa oeste irlandesa con apenas habitantes, la mayoría chismosos, amén de vacas, caballos y asnos, y una panorámica rupestre, verde, playas grises y parroquianos que van o al Pub a medio día y a la tarde a beber sobre todo cerveza, o a la iglesia a misa, pues son católicos en su mayoría. Un panorama no muy alentador.

Está basada la película en una obra teatral escrita por el propio director de la misma, Martin McDonagh, dramaturgo consagrado, enraizada en el folclore irlandés, y en el territorio del mito y la parábola. Se cuenta la historia de dos personajes que han sido amigos de siempre: Pádraic (Farrell) y Colm (Gleeson).

La cosa se pone difícil e incluso dramática cuando Colm decide poner fin a su amistad con Pádraic de manera abrupta. Cuando Pádraic observa que su amigo no le habla o se cambia de lugar en el Pub para no estar a su lado, queda boquiabierto, además de angustiado y con una mezcla de sorpresa y culpa, pues duda si en algún momento le ha ofendido.

Pero no, lo único que arguye Colm es que está cansado de él y que estando ya en una edad avanzada, desea hacer algo que no sea aguantar su conversación mediocre y aburrida. Aquel queda desolado, pues su colega, el que da sentido a su existencia, ni responde, ni responderá jamás. Ha decidido dejar de hablarle, no hay vuelta atrás.

Pádric entra en shock y lo tienen que ayudar su hermana Siobhán y Dominic, un joven corto de entendederas con un padre que lo maltrata que es el policía del pueblo. Pádric desea arreglar su amistad, pero no recibe más que las negativas. A eso hay que unir que están en un islote en el que no hay prácticamente nadie más con quien departir.

Este trabajo del director Martin McDonagh es negro, desengañado y demoledor; no queda sino rendirse y reír incluso, aunque sólo sea para no angustiarse. Que los humanos somos de poco fiar, inconstantes y caprichosos es básicamente la idea motriz de McDonagh.

En esta cinta, sus personajes son absolutamente insensatos con una precisión que acaba por retratarnos a todos en nuestra más desnuda humanidad. Por ello la película acaba en tragedia al límite mismo de la carcajada; como que fuera una comedia por pura desesperación de sus personajes. Algo parecido a cuando aparece una carcajada en el cansancio de un velatorio, es decir, cuando ya las cosas no tienen remedio.

Los personajes son rústicos, sencillos, de tozudez montaraz y de honradez próxima a lo absurdo. Entre ellos hay un pecio de melancolía y abatimiento al que el guion, la cámara y la interpretación dan forma entre pedazos de humor negro y drama conmovedor.

Tanto Colin Farrell como Brendan Gleeson invisten a los personajes de sentimientos muy fuertes. Farrell está sensacional escenificando el dolor espiritual por el desprecio que recibe de su amigo, él, un hombre sencillo y de natural bueno, repudiado; Gleeson hace un gran trabajo como hombre depresivo capaz pasar dolor físico extremo como sacrificio para honrar la propia palabra de querer no estar con el amigo (la mutilación como carta de crédito de la palabra dada). Interpretaciones perfectas, muy matizadas, para entender incluso lo ininteligible.

La película dibuja estados de ánimo y desánimo como única vestimenta de vida, lo cual se aprecia en la erosión de los dos personajes, pero también en los que interpretan magistralmente Kerry Condon (la hermana de Pádraic) y el joven Barry Keoghan (hijo cortito del policía local), todos ellos sienten la necesidad de huir de la tediosa cotidianeidad de la isla, como sea.

Buena la música de Carter Burwell y la fotografía de Ben Davis, lo cual, junto a la puesta en escena y el estupendo trabajo de McDonagh consiguen una atmósfera muy bien trabada, los ambientes, el trenzado de diálogos entre lo insustancial y lo esencial, todo hace a que se oiga el lamento de esas almas que caminan como por encima de la isla y de la bruma.

En suma, obra austera, a la que no sobra ni una escena ni un solo gesto dramático, y que se muestra rebosante de sustancia, como para hacernos reflexionar: la importancia de la amistad y los peligros de no tomarla en serio, el valor de la bondad frente al de la inteligencia, todo ello con capacidad para emocionarnos profundamente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Kikivall
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