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España España · Granada
Voto de Kikivall:
10
Comedia En una pequeña ciudad provinciana, a unas burguesas ociosas se les ocurre la idea de organizar una campaña navideña cuyo lema es: "Siente a un pobre a su mesa". Se trata de que los más necesitados compartan la cena de Nochebuena con familias acomodadas y disfruten del calor y el afecto que no tienen. Plácido ha sido contratado para participar con su motocarro en la cabalgata, pero surge un problema que le impide centrarse en su trabajo: ... [+]
16 de febrero de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver una película de Berlanga, de sus ya clásicas obras de los años cincuenta o sesenta es todo un placer para mí. Luis García Berlanga es sin duda uno de los grandes genios en la historia de nuestro cine.

La idea de esta obra de Berlanga surge de una campaña que ideó el régimen franquista en los años cincuenta bajo el lema, “Siente un pobre a su mesa”, que pretendía para las señaladas fechas navideñas, promover un sentimiento de caridad cristiana hacia los más necesitados. Berlanga viene a demostrar que lo que perseguía la tal campaña era jugar con el sentimiento de culpabilidad de los burgueses de la época, y que éstos limpiaran sus conciencias.

La historia es así. En una pequeña ciudad provinciana, unas señoronas burguesas, ociosas y orondas organizan la campaña de sentar un pobre a la mesa, para que los menesterosos compartan la cena de Nochebuena con familias acomodadas y disfruten del calor y el afecto que no tienen.

El director Luis García Berlanga acomete esta ácida propuesta con toda su sabiduría y su pertinaz crítica a los valores de la plutocracia franquista y lo hace sin miedo y sin piedad. Lo que ocurre es que su fino humor tapa el maloliente tufo de su mensaje contra los susodichos prebostes y así pasó el filtro de la censura.

Berlanga, con guión en el que colabora por vez primera con Rafael Azcona (participaron también José Luis Colina y José Luis Font). Azcona, digo, reordenó el burbujeo de ideas de Berlanga y estructuró la historia; hubo tan gran entendimiento que luego trabajaron años juntos. La conclusión fue un guión magistralmente construido, con unos diálogos y escenas que acaban tejiendo una trama entre alocada e hilarante, una ácida crítica con el sarcasmo como banderín de enganche.

El reparto es auténticamente de lujo con un debutante en el cine en papel de Plácido que es Cassen, cuando ya era un cómico de fama. Cassen hace según mi parecer un trabajo genial que fue muy bien recibido por la crítica. José Luis López Vázquez está en el nivel de excelencia que caracterizó; en el film hace una divertida creación del personaje Gabino Quintanilla, el hijo del dueño de la serrería, coordinador de la campaña de caridad: un malvado. Elvira Quintillá maravillosa, natural y creíble.

Creo que Plácido es sin duda una gran obra maestra de Berlanga, (que) estalla no sólo como impecable comedia costumbrista, sino también como un devastador retrato social. Berlanga se permite mostrar las mezquindades, hipocresías y pacatería de la burguesía provinciana de los cincuenta del pasado siglo.

Así que es una película tejida con las mimbres del humor español. Como gustaba decir a nuestro insigne director en torno a este humor hispano, o sea, nuestra picaresca desde Quevedo a Buñuel, pasando por Goya y Solana.

Película genial, interesante de todo punto, muy recomendable y que no deja títere con cabeza: los bien pensantes, los chupatintas, el ejército, la burguesía de la época... Espejo deformante de un mundo antiguo, mediocre y pretencioso.
Kikivall
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