Narra el film la historia del sheriff de Palomito, Mike Blueberry, educado por los indios y que intenta armonizar las dos culturas a las que está vinculado, siendo que esta entente lo pone en riesgo tanto ante a los indios como ante sus paisanos norteamericanos. Un buen día aparece por el pueblo un terrible asesino que pretende conseguir un valioso tesoro indio, trayéndole al personaje horribles recuerdos de juventud. Blueberry ha de luchar con sus propios demonios internos con la ayuda del chamán de la tribu, Runi, el hermano con el que se educó y creció, consumiendo sustancias tóxicas que lo ponen en trance y le ayudan a conocerse a sí mismo y a luchar contra sus miedos más profundos.

Se trata de un curioso Western psicodélico caracterizado por la abundancia las imágenes bizarras de las alucinaciones y tormentos que el protagonista tiene bajo los efectos de la mescalina u otra sustancia similar. También es una película de aventuras y de amor. E igualmente trata con un sesgo antropológico las costumbres, ritos y estilos de comportamientos de los indios en América del norte.

La peli tiene una buena fotografía, buena banda sonora, movimientos de cámara espasmódicos que sobrecogen, y un relato original para el género, con ese toque psicodélico y psicodisléptico que habría sido mejor aceptado hace cuarenta años. En fin, la cinta no es tan mala, según mi parecer, como se empeñan en asegurar otros críticos de esta página. Tal vez algo lenta y con interpretaciones mejorables. No la recomiendo encarecidamente, pero le veo sus puntos de originalidad e interés.