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España España · Granada
Voto de Kikivall:
7
Drama. Intriga. Romance. Thriller. Cine negro Celia, una rica heredera, conoce a Mark, un hombre atractivo y misterioso. Se enamoran y pocos días después se casan. A medida que Celia va conociendo la vida de su marido, empieza a sospechar que oculta secretos que ella ni siquiera puede imaginar. (FILMAFFINITY)
17 de octubre de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupenda película de intriga y máxima tensión que el gran Fritz Lang, con su estilo expresionista y tenebroso (gran fotografía en blanco y negro de Stanley Cortez), sabe mantener casi de principio a fin de esta cinta que es una joyita del cine de suspense.

En la historia, una rica y consentida mujer de nombre Celia (Bennett) conoce en un viaje a Mark (Redgrave), un apuesto y atractivo hombre, que es la vez imprevisto y misterioso. Al poco se enamoran y contraen matrimonio.

Pero conforme transcurre el tiempo y va conociendo a su flamante esposo, Celia empieza a sospechar que este oculta secretos e incluso traumas antiguos que le llevan a tener comportamientos erráticos e incluso tenebrosos; algo que ella ni puede imaginar.

Como decía, la dirección de Lang es sensacional y no lo es menos el genial guion de Sylvia Richards, que adapta una historia de Rufus King con ritmo y zozobra ·in crescendo”.

El halo de misterio y máxima incertidumbre y emoción de la película está acompañado por las geniales e inquietantes notas musicales de un estupendo Miklós Rózsa, que es quien compuso la BSO.

Sobresalen en el reparto una bellísima y asidua de Lang Joan Bennett, junto a un brillante Michael Redgrave, que interpreta bien su rol de hombre atormentado, aunque algo afectado. Acompañan muy bien entre otros, Anne Revere, Barbara O’Neil, Natalie Schafer y Paul Cavanagh.

Es una cinta que sabe cómo transformar lo evidente, como puertas cerradas, candelabros encendidos, silenciosas habitaciones o luces errantes, en situaciones extrañamente estremecedoras.

Como escribe Milne: "La dirección de Lang es magistral, impone significados y tensiones a través de imágenes sobrias, resonantes y sorprendentemente bellas”.

Además, es también un thriller psicológico que analiza, eso sí, un tanto superficialmente, pero no por ello menos de forma turbadora, cierta pulsión homicida del protagonista. Lo bueno del asunto es que, con la ayuda de su esposa, Mark va entendiendo la causa de su conducta, que tiene un origen infantil.

Pero sobre todo la cura de él se produce, como ya advirtiera Freud (1912), por amor (“la cura por amor”), o sea, que el amor cura, puede sanar las mentes enfermas o con desórdenes.

Hay quienes sostienen y yo acuerdo, que esta obra de Lang forma parte de su tetralogía de cine negro donde están otras películas que ya he comentado en estas líneas como “La mujer del cuadro” (1944), “Perversidad” (1945), “Secreto tras la puerta” (1948) y “La casa del río” (1950). En todas ellas analiza el poder del deseo, la ambigüedad de las relaciones humanas y la dimensión ética de las personas.

Para concluir, diré que es también un drama psicológico interesante, llevado con gran habilidad, por momentos angustiante, y aunque no sea una obra cumbre, tiene escenas y pasajes realmente conseguidos.

(Yo diría que Lang se inspira para su película, para algún personaje femenino y el incendio final de la mansión, la celebérrima “Rebeca”, 1940, de Alfred Hitchcock).
Kikivall
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