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España España · Granada
Voto de Kikivall:
8
Documental Recorriendo Francia, Agnès Varda se ha encontrado con espigadores, recolectores, gente que busca entre la basura. Por necesidad, o por puro azar, estas gentes recogen los objetos desechados por otros. Su mundo es sorprendente. Y la directora, a su manera, es también una especie de espigadora que selecciona y recoge imágenes aquí y allá. (FILMAFFINITY)
10 de noviembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tanto tirar y tirar. Se tira de todo, menos dinero. Y creo que justo la crisis que vivimos nos tiene que llevar a recapacitar a todos sobre el sentido del despilfarro y el valor que le concedemos al sacralizado consumo. Pues parece que la culpa de todos nuestros males la tuvieran los políticos, los banqueros y los empresarios. Nosotros, pueblo llano, nada de nada. Pero yo he conocido a jóvenes que con su exiguo y temporal salario se compraron un BMW y tiraron el Renault que tenían y que funcionaba de perlas; y además le añadieron a la cesta de la compra un pisito para redondear faena. Algunos quedaron sin trabajo y ya no pueden pagar, y entonces vienen la morosidad, los desahucios, los Bancos tambaleantes y, claro, los rescates y todo eso.

Este discurso viene al hilo de esta genial película francesa, “Los espigadores y las espigadoras” (“Les glaneurs et la glaneuse”) de 2000, de 82 minutos de duración en los que ni un minuto tiene desperdicio, ya que hablamos de despilfarro. Un film dirigido a todas aquellas personas que ignoran la cantidad de objetos útiles que desperdicia la sociedad; un fresco y cercano documental sobre el derroche y el desperdicio.

Esta cinta puede parecer un documental artístico, con grandes temas de pequeñas cosas. Pero a la Varda, lo que le interesa es el sentido de la opulencia capitalista, saber las razones y los por qué de tanto dispendio, despilfarro de alimentos, de cosechas mal recolectadas, de muebles, de pan, de alimentos apenas caducados y que de pronto ya no son comestibles. Y de otro lado ¿Quiénes son esas gentes que recogen lo que nadie quieren? ¿Adónde pretenden llegar? ¿Cuáles son sus aspiraciones?

También le interesa a Varda conocer la legislación al respecto: ¿Se puede uno llevar las patatas que han quedado bajo la tierra sin recolectar? ¿Puede uno quedarse con un electrodoméstico que yace en la calle? Conocer las leyes y preceptos que regulan esta casuística.

Y también la Varda se mira a sí misma, a su propio envejecer, sus limitaciones, su propia extrañeza. Agnès Varda, nos enseña sus envejecidas manos, pero también su casa con humedad y goteras, su escaso sentido de la vergüenza mientras ella espiga esta gran siega que es la vida. Y el resultado es un documental auténticamente de excepción, un documento que yo considero como un susurro al oído de todos, un susurro que nos habla de la solidaridad y de la justicia, de ser equitativos y comedidos, de no ser ostentosos ni desproporcionados en nuestros hábitos y en nuestra cotidianeidad en general.

Y que del mismo modo que hay gente “dentro” y aparentemente a salvo, hay igualmente mucha gente “fuera”; y nadie está exento de ello, de ser expulsado en los tiempos que corren, de la sociedad del bienestar. Tenemos con este documental tiempo para el drama y también para el humor, y creo que mucho para el optimismo, pues mientras haya autoras como la Varda prestando su talento para la justicia, parece entonces que la cosa merece la pena, que no todo está perdido pues, justamente, hay espigadores y espigadoras que recogen esos frutos que supuestamente parecían ya desperdiciados para siempre.

Gran guión de la propia Varda, rodada con una camarita digital tiene, empero, una buena fotografía de Stéphane Krausz, Didier Doussin, Pascal Sautelet, Didier Rouget y la propia Agnès Varda. Y una música ad hoc de Joanna Bruzdowicz, Isabelle Olivier, Agnès Bredel y Richard Klugman.

Esta película obtuvo el Premio al mejor documental en 2001 por la Asociación de Críticos de Los Ángeles e igual por el Círculo de Críticos de Nueva York; y también mejor documental en los Premios del Cine Europeo en 2002.
Consejo: véanla si pueden, les va a enseñar mucho.

Publicado en Encadenados: https://encadenados.org/otros-articulos/los-espigadores-y-la-espigadora-les-glaneurs-et-la-glaneuse-2000-de-agnes-varda/
Kikivall
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