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España España · Granada
Voto de Kikivall:
6
Comedia. Drama Bernadette Fox es famosa. Para su marido es una esposa con mucho carácter. Para el gremio de arquitectos es un genio y para Bee, su hija adolescente, es sencillamente Mamá. Todo comienza cuando Bee llega a casa con excelentes notas. Sus padres le habían prometido que podría escoger el regalo soñado y Bee decide que quiere un viaje a la Antártida con ellos. Pero entonces... Bernadette, que entre muchas otras cosas sufre de agorafobia y ... [+]
12 de julio de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ayer fui al cine a ver esta película del director Richard Linklater, un autor muy admirado y bien recibido, según se dice, por su interés y la dignidad que puede alcanzar su cine más o menos independiente. Es autor de esa trilogía: Antes del amanecer (1995), Antes del atardecer (2004) y Antes del anochecer (2013), de la cual no soy yo particularmente afecto; más bien al contrario.

Bernadette Fox (Cate Blanchett) es una mujer que vive en Seattle, tiene un marido de nombre Egie a quien ama y que la ama (Billy Crudup), una hija brillante Bee (Emma Nelson) a la que adora y de la cual disfruta; todo ello en un contexto de familia burguesa exitosa y una acomodada vida. Lo cual, dicho de otro modo encierra un matrimonio en crisis, hija adolescente, el papá que es un adicto al trabajo, experto en nuevas tecnologías, el cual sobrelleva la sempiterna depresión y agorafobia de su trastornada esposa que en su momento fuera estrella juvenil de la arquitectura ecologista y minimalista, pero que perdió su capacidad creativa y vive desde entonces un íntimo derrumbe, enganchada a todo tipo de psicofármacos, despropósitos en la administración de su vida personal y doméstica, y plena de misantropía manifiesta. La joven y capaz hija, dolorida por lo que presencia, hace lo posible para que la pareja parental perviva. Es el punto en que la huida de la madre a la Antártida (viaje que habían planificado los tres miembros de la familia), precipitará la catarsis del trío familiar y con ello, la vuelta de Bernardett a la creación arquitectónica y una oportunidad que aleja el malestar y la frustración permanente de sus vidas.

Mi impresión es que Richard Linklater va en esta obra a rebufo de una Cate Blanchett que llena con sentido todos los planos y episodios de la trama. La película sin la actriz australiana no sería ni la mitad de lo que es. Una película que camina entre la aspereza de algunas situaciones que pueden resultar casi surrealistas (la psiquiatra que la quiere internar, el agente del FBI, el infiltrado ruso, etc) y la levedad de partes del film que van del drama blando y llevadero al humor y la comicidad.

El guion Linklater, Holly Gent Palmo y Vincent Palmo Jr., adapta la novela homónima de Maria Semple. Es un libreto bien construido con diálogos rozando la brillantez, sofisticados estados de ánimo en liza y personajes que se expresan en un lenguaje cool sus emociones y pareceres. Agradable la música de Graham Reynolds y Sam Lipman, junto a una fotografía, sobre todo de la Antártida, muy luminosa de Shane F. Kelly.

En el reparto destaca una Cate Blanchett siempre elegante, cuya presencia carismática y elegante es vital para este emprendimiento de Linklater; su presencia está al pie de cada detalle de la cinta. Muy bien el resto del reparto, Billy Crudup, Emma Nelson, Kristen Wiig, Judy Greer, Laurence Fishburne y otros.

El argumento no da tregua en cada lance que inicia una nueva acción o un nuevo acontecimiento, pues hay y muchos sucesos dramáticos concatenados sin apenas tregua. Esta circunstancia casa con unas palabras de la joven Bee al comienzo, cuando indica que el cerebro tiende a centrar su atención en los acontecimientos nuevos, desestimando lo habitual, lo cual vendría a ser una necesidad de estar alerta, a modo de instinto de supervivencia, lo cual que contradictoriamente nos lleva a aburrirnos de la rutina, para ir en pos de cierto grado de indecisión y titubeo.

Hay una primera parte de la obra en la cual van apareciendo los personajes secundarios alrededor de la protagonista, lo cual que incluso puede dar una sensación de desconcierto, pues aún no sabemos quién es Bernardett ni cómo es su vida. Como apunta Partearroyo: “Elipsis, puesta en escena, montaje sincopado, varios dispositivos de narración (…) todo se enreda como las zarzas descontroladas de su jardín”. Y hay una parte segunda, cuando la acción pasa de Seattle a la Antártida, entonces la narración se atempera asomando una clara aventura familiar con final feliz.

Desde mi modo de ver es una película sin mayor trascendencia, que me ha parecido por momentos precipitada y con unos diálogos difíciles de seguir. Por lo demás, esto es lo que hay por este momento post COV-19. Habrá que esperar mejores producciones y a que el virus se largue de una vez y nos deje disfrutar de la pantalla grande.
Kikivall
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