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España España · Granada
Voto de Kikivall:
8
Western Un pistolero llamado Cole Thornton (John Wayne) acude a El Dorado por encargo de poderoso terrateniente, Bart Jason. El cacique le ofrece un trabajo: expulsar de unas tierras próximas a una familia de granjeros, los McDonald. Thornton acaba rechazando el encargo a instancias de Jean Paul Harrah (Robert Mitchum), el sheriff de El Dorado y viejo amigo de Cole. Tiempo después, Thornton se entera de que otro pistolero ha aceptado el trabajo ... [+]
8 de marzo de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este film fue el penúltimo de Hawks (el último sería Río Lobo, 1970) escrito por Leigh Brackett en una adaptación de la novela de Harry Brwn: The Stars In Their Courses (1960). Tiene la película una música excelente de Nelson Riddle y gran fotografía de Harold Rosson. Se rodó una parte en exteriores de Kanobe (Utah) y Tucson (Arizona), y también en los estudios de Old Tucson (Arizona). Fue producida por H. Hawks.

El reparto es de lujo. John Wayne que no cabe en sí: creíble, llena pantalla, duro, seguro, imponente. A su lado no flaquea un gran Robert Mitchum que sabe hacerle el dúo a Wayne con gran carga dramática y enorme enjundia. El joven James Caan está estupendo. Y todos los secundados en un reparto de primer orden con artistas tipo Charlene Holt, Paul Fix, Arthur Hunnicutt, Michele Carey, Edward Asner o Marina Ghane por mencionar una parte.

La película posee un gran ritmo narrativo de la mano del gran director que fue Howard Hawks, que sigue en este film su máxima de que la cámara siempre tiene que estar a la altura de los hombres, y que el espectador no debe ser consciente de su movimiento. Esto proporciona un estilo aparentemente sencillo pero a la vez muy difícil de ejecutar. Algunos dicen que en esta película Hawks se inspira en su film Río Bravo de 1959. Sea como fuere, estamos ante un western al más puro estilo, con una tensión in crescendo, que puede ser considerada una obra maestra del género.

Así pues, detrás de esta desenfadada película se encuentra el cine de Hawks, esta vez resumido y mejorado. El propio Hawks dijo por aquellos entonces, cuando rodó este film: “Me he cansado de las historias dramáticas. Hay un número limitado de tramas que se puedan hacer y yo las he hecho todas. Así que ahora intento hacer historias de personajes más que de tramas. Y deben ser entretenidas, hay que introducir más comedia en ellas, porque lo divertido es disfrutar con la película, reír con ella”. Más claro el agua.

Este tipo de western fue de los que supusieron el colofón del género, presentando vaqueros, héroes del far west con edades avanzadas y rechazados por el entorno; no había ya cabida para ellos, su compañía eran los recuerdos de sus hazañas de antaño y vivían de su fama pasada. Podría decir esta fue una de las películas que promocionó el nuevo Western, cuando a finales del XIX se impone el Estado de Derecho y acontecen cambios importantes en el plano social, económico y de ordenación en general. Es ahí cuando el pistolero pierde caché y reconocimiento, siendo incluso repudiados, y emergen individuos armados que son personas marginadas, desplazadas y desclasadas, personajes angustiados.

Concluyendo estamos ante una gran cinta con aportes éticos del tipo: exaltación de la amistad, lucha por la dignidad, héroes errantes, defensa de los débiles, honestidad, mujeres decididas, valentía, etc. Un film absorbente y muy entretenido.
Kikivall
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