Haz click aquí para copiar la URL
España España · Granada
Voto de Kikivall:
8
Drama Roslyn Tabor (Marilyn Monroe), una joven que llega a Reno (Nevada) para divorciarse, conoce a un viejo vaquero (Clark Gable) y decide quedarse unos días en su cabaña. Poco después, él encuentra en las montañas una manada de caballos salvajes y decide capturarlos para vender la carne, contando con la ayuda de un vaquero especialista en rodeos (Montgomery Clift). (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película, de inicio me produce una honda emoción, la sensación de estar asistiendo a una porción sustanciosa de la cinematografía del siglo XX. La confluencia de todo ese equipo de estrellas. Justamente cuando estaban en trance de desaparecer en el momento del rodaje, ya merecía la pena. Y sabía también de los problemas y circunstancias que acaecieron durante el rodaje.
En la historia, una atractiva mujer huyendo a Reno, un vaquero maduro, un aviador viudo y un chico guapo.
La verdad es que John Huston hace un trabajo muy bueno, saca petróleo de la historia. Más aún por cuanto el guión es nada menos que de Arthur Miller, quien escribió y describió el perfil de los personajes con enorme potencia y frases y conversaciones, ora triviales, ora profundas y severas, que parecen adivinar tragedias en el horizonte. Todo proviene de la adaptación de la novela del propio Miller, The Mistifs (“Los inadaptados”) (1961), obra que escribió justamente para que su esposa Marilyn se encumbrara como actriz dramática de fuste. Pero hay quien piensa que el tal guión fue un regalo envenenado que no sólo no colaboró con el supuesto objetivo, sino que, como ahora diré, produjo efectos adversos.
Es estupenda la música de Alex North, que ofrece un tema principal dramático de gran belleza, incorporando también cortes líricos y melódicos bailables (Reno Bar Dance), y dramáticos y descriptivos. Espléndida la fotografía en blanco y negro de Russell Metty, quien con sus claroscuros mete la acción en un terreno entre el western, el drama y el romance.
El reparto es único, un reparto otoñal, con actores ya maduros y rondando, a pesar de no ser muy mayores, el final de sus vidas como ahora diré. Clark Gable está estupendo pues de suyo es un actor que llena pantalla, amén de sus dotes actorales. Marilyn Monroe, con una belleza crepuscular y muy atractiva, hace gala de un gran talento en la interpretación de su papel. Montgomery Cliff está genial, siempre con esa facies de hombre atormentado. Eli Wallach estupendo como el gran actor que es. Thelma Ritter maravillosa. Y les acompañan Estelle Winwood, James Barton y Kevin McCarthy.
Para mí, ésta, es una película importante sobre personajes perdidos, desarraigados, corazones solitarios, inadaptados e incluso desorientados. Hombres que arrastran tras de sí fracasos, desilusiones y frustraciones que sobrellevan como pueden; personajes con sentimientos de desánimo, abandono y quebranto.
Paralelamente afloran los conflictos interiores de los personajes, sus problemas de relación en el grupo, todo lo cual pone en peligro la convivencia y conduce algunas situaciones que los ponen al borde del precipicio. El film, pues, analiza el subconsciente de individuos con muchos recovecos, a la par que hace una apología de la libertad y el coste de ser independiente.
El rodaje estuvo lleno de incidencias, algunas luctuosas. Gable, que hizo su trabajo enfermo, falleció tres días después de acabar el rodaje, en 1960. De otra parte, la Monroe veía cómo su matrimonio con Miller se derrumbaba, lo cual desencadenó en ella una crisis que la llevaría a una clínica psiquiátrica. Clift estaba absolutamente enganchado a las drogas y era vigilado permanentemente por un equipo médico. Todo lo cual llevó a los productores a acelerar la filmación lo más posible. Y como dato, fue la última película que rodaron Clark Gable, Marilyn Monroe y James Barton, pues todos fallecieron en 1962 o antes. O sea, esta película significó la despedida de actores muy diferentes que por detrás del drama de los personajes solitarios del argumento, padecían dramas y males personales reales muy profundos y tortuosos, que pusieron punto final a su existencia.
Eso sí, el plano final de las estrellas quiere ser una invitación a la esperanza, a volver a soñar, a tener de nuevo fe en las personas.
Kikivall
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow