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España España · Granada
Voto de Kikivall:
8
Documental. Comedia Muchos hijos, un mono y un castillo son los deseos con los que soñó Julita Salmerón desde niña, y los tres se han convertido en realidad. Cuando el menor de sus hijos se entera de que su madre ha perdido la vértebra de su bisabuela asesinada, guardada a lo largo de tres generaciones, la familia emprende una divertida búsqueda entre los más peculiares y extraños objetos que Julita ha ido acumulando a lo largo de sus más de ochenta años. ... [+]
14 de febrero de 2018
23 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
El visionado de esta cinta hará que sonrías o sencillamente rías a carcajada limpia con las extravagantes idas y venidas, ocurrencias y acciones de una familia singular, la del propio director del film Gustavo Salmerón, que pone en el foco de esta comedia-documento a su madre, una octogenaria Julia Salmerón que tiene el don de ¡caer en gracia’! y de sintonizar con la cámara con desparpajo, de manera natural. Lo que para sí quisieran muchas actrices.

La película viene a narra plan seguimiento (Gustavo Salmerón lleva 14 años grabando a su madre y lo que le ocurre a su padre y a sus cinco hermanos), el recorrido de una familia matriarcal al mando de Julita, una madre que ha ido cumpliendo sus sueños de tener una familia numerosa con seis hijos, con el tiempo un mono que resultó ser peligroso y que ha llegado a ser propietaria de su ansiado castillo, merced a una herencia que vino como llovida para una familia de clase media que tenía que hacer números para salir adelante. Pero tras la crisis económica en 2007, la familia se va quedando sin dinero para sostener el majestuoso inmueble, lo cual obliga a tomar la iniciativa de parte de la familia al conjunto de desalojar el castillazo, evitando que la familia no se hunda.

El director Gustavo Salmerón ha tenido una brillante idea que se ha hecho viral en cines y festivales, habiendo conseguido la fama contando de boca de su madre los avatares de una familia más que estrambótica, con muchos tics surrealistas y berlanguianos que ameniza los 90 minutos de rodaje-montaje en un torbellino de vida, emociones y diálogos aparentemente improvisados que mantiene al espectador pegado a su butaca.

El guion del mismo Salmerón junto a Raúl de Torres y Beatriz Montáñez no puede ser más redondo dentro de su cuadratura, o al revés. La cosa es nada sobra ni falta, todo encaja en un también excelente montaje que incluye una parte de filmaciones antiguas de la familia, cuando los hijos eran niños y los padres jóvenes. Magnífica la música de Nacho Mastretta y la inclusión final de Alberto Cortez y su canción “Castillos en el aire”. Buena la fotografía de Gustavo Salmerón y todo está rodado a la primera, sin repeticiones.

El reparto es el propio director Gustavo Salmerón junto a su súper madre Julia Salmerón que resulta un personaje insólito, entrañable, surrealista y gracioso; todo lo cual ha sabido sacar de ella su hijo Gustavo quien, por cierto, también produce el film.

Así es este documental, comedia o como se quiera llamar, una obra con un dislate tras otro que, empero encierra un poso de tristeza, que también muestra contradicciones y quiere combinar la parte luminosa con la más oscura de una Julia, mujer insatisfecha y a la vez disfrutona.

Creo que la clave principal de éxito de este film es su sinceridad, su limpieza y su encanto y por supuesto su tratamiento de comedia disparatada y absurda, todo ello junto a la capacidad escénica de Julia, amén de la habilidad de su hijo para extraer lo mejor de ella. Una película para verla, yo la recomiendo.
Kikivall
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