Bajo la dirección del poco pródigo director británico Bruce Robinson se desarrolla este thriller de intriga donde el policía de Los Angeles John Berlin, se traslada a San Diego para encargarse de la investigación de un caso de asesinato múltiple.

Durante el transcurso de la investigación un policía muere asesinado y las sospechas recaen sobre su compañero. Todas las pruebas están en su contra pero el acusado tratará de demostrar su inocencia probando que el asesino de su compañero es un psicópata responsable de la muerte de varias jóvenes invidentes.

El único testigo de los hechos es una joven ciega, por la cual el investigador Berlin se sentirá rápida e irremediablemente atraído. Pero sus colegas dan poco solvencia al testimonio de la muchacha, lo cual se convertirá en un inconveniente para la investigación. Pero mientras tanto, el peligroso asesino campa a sus anchas.

Hay aciertos formales indiscutibles, un clima de angustioso y otros rasgos importantes de este tipo de cintas: un ambiente oscuro y sórdido, protagonistas marcados por dramas personales, lo cual mantiene una tensión importante.

Está bien el reparto con unos estupendos Andy Garcia muy solvente como policía y la bonita y deliciosa Uma Thurman que da credibilidad al personaje de mujer ciega, además de su andar sensual entrando y saliendo de la bañera desnuda con su escultural cuerpo. Extraordinario John Malkovich en el pequeño papel que le toca en la obra.

Lo mejor de este policial de asesino peligroso está al principio y al final. Lo que queda en el medio es menos dinámico y está referido a un drama un poco denso, y paralelamente la relación que inicia el detective con la testigo invidente, sin olvidar el vínculo que tiene con su amigo, que está pasando una crisis, a lo cual le dedica el director Robinson un tiempo que no condice, pues esta sub-trama es más bien anecdótica.

Pero no hay que negar la mayor, a mí me pareció una cinta distraída, con partes intensas y que resulta creíble. Un thriller correcto con buenas interpretaciones.