Una mujer norteamericana se traslada a Londres para trabajar en el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Cuando se encuentra en su oficina, se comete un atentado contra el edificio donde se encuentra, siendo ella la única superviviente. A partir de este momento además se convierte en sospechosa de lo sucedido, quedando atrapada como presunta implicada en una trama conspirativa, por ser demasiado listilla.

James McTeigue, el director de la efectiva “V de vendetta” (Natalie Portman y Hugo Weaving) ha construido una película de acción, espionaje, funcionarios de seguridad USA y británicos, que entretiene sólo un poquitito, siendo que carece de trama, de argumento sólido y es bastante predecible casi desde el principio.

Con guion muy irregular de Philip Shelby, McTeigue, se rodea de un reparto lleno de estrellas, caras conocidas, encabezado por Pierce Brosnan (que aparece con varios look distintos), Milla Jovovich (cumple sin destacarse demasiado), Dylan McDermott, Angela Basset o Robert Foster, para montar una digamos cinta serie B en la que sin libreto, poco `pueden hacer los actores. Cinta con disparos a gogó, bombas que van y vienen, jaleo sí, pero muy poquita intriga. Por momentos resulta nerviosa y atropellada, al final te quedas mirando al techo.

“¿Qué hacéis mirando al cielo galileos?”. Y como reza Hechos 1, 12, nuestro lugar está en el mundo, y este mundo de celuloide que he comentado, no merece demasiado ningún tipo de éxtasis, salvo el “taedium vitae”, el hastío del aburrimiento.