Un amigo, conocedor de mi afición al cine, me pidió que cuando acabara de ver esta película, por vía WatShap le diera mi opinión sobre la misma para ir a verla (o no). Yo le escribí a la media hora de salir de la sala así: “Me ha gustado la peli que es original, con historia fantástica, muy refrescante y bonita. Propiamente para el verano.”

Esto es un resumen que acierta a expresar mi opinión general de esta cinta del conocido y superviviente director británico Danny Boyle (la multioscareada “Slumdog Millionaire”, 2008; ”Trainspotting”, 1996), que realiza con oficio un fantástico guión de Richard Curtis, reconocible guionista newzelandés de comedias de grato recuerdo (“Cuatro bodas y un funeral”, 1994; “Notting Hill”, 2003), que ha creado fruto de la adaptación de una historia de Jack Bath, un curioso guión que roza lo delirante, con el encanto de una idea en la cual el mundo ha olvidado a los Beatles y sus canciones. Porque efectivamente, en esta fábula, tras un apagón mundial de doce segundos, resulta ser que la gente ha borrado de su memoria la existencia del grupo The Beatles; ocurre igual en las redes sociales e incluso con cualquier vestigio físico sobre la producción de los genios de Liverpool. Todos, menos un músico aficionado que recuerda todas las canciones. De esta guisa, la parábola plantea qué puede ocurrir si en un mundo sin The Beatles, un joven músico da a conocer desde el escenario piezas como Yesterday, The Long And Winding Road, A Hard Day’s Night, Let It Be, Something, Help!, Hey Jude y otras. Y sucede, claro está, que la gente se queda boquiabierta y encantada ante estos temas que hoy sabemos ya inmortales. Y es que como a veces se ha dicho:” un mundo sin The Beatles sería un lugar muy triste”.

La historia está descrita de manera alegre y con acertados toques de humor, sobre todo cuando el joven, sabiéndose tramposillo, empieza a obsesionarse cada vez más en recordar las letras de las canciones de The Beatles, anotando en papelitos las tales letras. Posee además el libreto unos diálogos divertidos e inofensivos, que harán las delicias de una parte de espectadores que van al cine a ver música, humor y amor, lo cual que no está nada mal.

Habla igualmente de la codicia sin límite de las compañías discográficas y su forma de urdir planes y estrategias vertiginosas de cara al ‘mercado’, siempre con el firme propósito de obtener más y más dinero. Y de ahí la moraleja que se le plantea al protagonista entre vivir la farsa o decir la verdad, renunciar al dinero y el lujo, y dormir tranquilo

¡Ah! No puede faltar el amor, un amor que viene de largo, con la joven que ha sido su compañera y manager desde los tiempos del Instituto, romance que cierra no sin pasteleo, una miel que estoy seguro mostrará su eficacia en la taquilla.

Tiene de bueno entre otras esta cinta eso de dar a conocer la música de The Beatles, pues aunque el ‘cuento’ que narra la película es pura fantasía y surrealismo, tiene no obstante una porción de verdad en las actuales generaciones de jóvenes que seguro desconocen en gran medida la música y canciones de este grupo icono. Esta es su oportunidad para visibilizar estas extraordinarias y memorables notas y el ilimitado frescor de las canciones.

En el reparto Himesh Patel está muy simpático y creíble. Lily James bonita y burbujeante. El cantante Ed Sheeranse, se interpreta a sí mismo con acierto. Bien Kate McKinnon, como señora ‘mala’, la directiva sin escrúpulos de Hollywood que controla el mercado de la música con enorme voracidad. Y acompañan muy bien el resto de artistas como Ana Armas, Lamorne Morris, Ellise Chappell, Camille Chen, Alexander Arnold, Joel Fry, Sophia Di Martino y James Corden.

En resolución, película recomendable para este caluroso verano que no olvida hacer algunas cábalas y reflexiones sobre la tentación de la fama y el éxito, la importancia (subrayada en la obra) de la honestidad y cómo la memoria del legado de nuestros antepasados puede en ocasiones fallar e incluso caer en el olvido.

Una 'rom-com' musical como tributo a la banda de las bandas. Película amable, amena, placentera y aleccionadora.