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España España · Granada
Voto de Kikivall:
9
Drama. Comedia Marcello Rubini es un desencantado periodista romano, en busca de celebridades, que se mueve con insatisfacción por las fiestas nocturnas que celebra la burguesía de la época. Merodea por distintos lugares de Roma, siempre rodeado de todo tipo de personajes, especialmente de la élite de la sociedad italiana. En una de sus salidas se entera de que Sylvia, una célebre diva del mundo del cine, llega a Roma, cree que ésta es una gran ... [+]
4 de enero de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la película, Marcello Rubini (Mastronianni) es un periodista de sociedad romano, ya un poco harto y desencantado de su profesión, los trasnoches, las exclusivas y las rocambolescas carreras en busca de alguna celebridad a la que entrevistar o algún evento social que cubrir para ganarse la vida. En una de sus correrías y pesquisas se informa de la inminente llegada de Sylvia (Anita Ekberg), una famosa diva del mundo del celuloide y la irá acompañando en la noche por diferentes lugares emblemáticos de Roma. El resto del film es un ir y venir por las noches y las madrugadas romanas.

Fellini pone toda su sabiduría de director en este su séptimo largometraje, consiguiendo crear una concepción del mundo, de la vida, e incluso de la exaltación erótica de la misma decadencia, de la muerte. Logra Fellini una obra cimera del cine, técnicamente impecable pero también con una enorme carga de profundidad humana. Habla del periodismo y sus avatares, del amor, de la amistad, de la opulencia, también del tedio y de la desgana de vivir.

Tiene un elaborado guión en el que participan, además del propio Fellini, Tullio Pinelli, Ennio Flaiano y Brunello Rondi; un libreto cargado de alegorías, diálogos geniales y una reflexión crítica sobre la sociedad del momento. El guión no tiene una estructura convencional, va mostrando diferentes momentos noctirnos y de amanecida en la Via Veneto de Roma, todo ello desde la mirada del protagonista Marcelo Rubini. Es decir, no hay un argumento tradicional, sino una sucesión de fiestas, acontecimientos y encuentros diversos, con episodios de una gran potencia visual. Excelente la música de Nino Rota y gran fotografía en blanco y negro, llena de matices, de Otello Martelli.

El reparto es incontestable. Marcello Mastronianni está genial, sabiendo conjugar se rol de periodista un tanto amargado, que sabe trasladar al espectador su tedio con una vida singular. La estrella sueca y sex simbol Anita Ekberg es toda una bomba de belleza, energía y vitalidad que da una crucial impronta al film. Anouk Aimée está deliciosa y expresiva. Y conjuntadamente, un elenco brillante.

Refleja esta película las fiestas de la aristocracia, momentos álgidos de una decadencia que se mueve entre el desenfreno y el espanto; superficialidad, frivolidad, lascivia y perversión en la sofisticada y viciada nobleza romana, y junto a ellos, los periodistas y paparazzis que les hacen el juego mendigando fotografías o historias sensacionalistas para ganarse el pan. También aborda, si bien más tangencialmente, el tema religioso y la iglesia.

En conclusión, una panorámica sobre el letargo existencial, intelectual y ético en que el protagonista acaba sumido, incapaz de superar sus conflictos, en la perenne duda sobre sus cualidades de escritor.

No cabe duda de que esta película no puede ser vista como una castañuela, es una obra sombría y afilada que encara el hastío vital en toda su crudeza. En realidad, la película es excesiva y recargada. Igual por eso el final puede resultar degradado, aun cuando estamos ante una película excelente sin discusión.
Kikivall
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