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España España · Granada
Voto de Kikivall:
6
Comedia Anna, una atractiva violinista, vive provisionalmente con su novio Walter en el apartamento de su exmarido. Cuando éste descubre la situación, la pareja se ve obligada a buscar otra vivienda. Un amigo de Walter, que es agente de la propiedad, le proporciona una auténtica “ganga” en las afueras de la ciudad. (FILMAFFINITY)
26 de abril de 2020
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Recuerdo un verano caluroso cuando fui al estreno de esta comedia de factura aceptable bajo la batuta de Richard Benjamin con guion ameno y bien trabado de David Giler.

En la historia, Anna, es una bonita violinista que vive provisoriamente con su novio Walter en el apartamento de su exmarido. Pero como es obvio, deben buscar otra vivienda, lo cual que un amigo de Walter agente de la propiedad, le ofrece la ganga del siglo: una casa en las afueras de la ciudad. Lo que ocurres es que al estar la casa prácticamente en ruinas, de ahí el título, deben llamar a operarios que solucionen el pastel: albañiles, fontaneros, electricistas, etc., con todo cuanto ello supone de caos y facturas infumables.

En el reparto está sensacional un joven Tom Hanks con gran vis cómica, su bonita novia Shelley Long y el ex Alexander Godunov. Acompañando Maureen Stapleton, Joe Mantegna, Philip Bosco y Josh Mostel. Un reparto de lujo.

La comedia está aderezada por unos acertados efectos especiales y estrafalarios gags, que son a veces tan estruendosos y dramáticos que uno no sabe si reír o llorar. El caso es que son sucesos que a todo el que ha hecho una reforma en el hogar o se ha construido una casa, los reconoce rápidamente y no es difícil identificarse con el atribulado Walter frente a la cuadrilla de operarios que no dejan títere con cabeza en su frenética labor de restauración.

En fin, una casona en la que las puertas se salen de sus bisagras, el cableado se quema como un reguero de pólvora, los baños apenas se tienen y chorrea el agua, la escalera central se derrumba o los techos gotean. Para ello, el director Richard Benjamin tiene el raro don de intuir dónde está el chiste y la gracia, con un cierto gusto por la bufonada que a veces recuerda a Buster Keaton, para lo cual cuenta con un intérprete cómico muy bueno en la figura de Hanks. La distracción y el humor están servidos y la risa asegurada, junto con la angustia de ver al atribulado protagonista, abogado de pro, que vive una auténtica pesadilla con su nueva y ‘ruinosa’ casa.

Siempre guardé en mi memoria esta obra que me resultó y me sigue resultando muy simpática y entretenida.
Kikivall
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