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España España · Granada
Voto de Kikivall:
7
Drama. Comedia Basada en la novela homónima de Marie-Sabine Roger. Germain Chazes (Gérard Depardieu) es un hombre maduro y obeso que vive en una caravana, en el jardín de su madre, y su vida transcurre entre el café y el parque público. Los demás lo consideran un imbécil feliz, hasta que Margueritte (Gisèle Casadesus), una anciana muy culta, le descubre el universo de los libros y las palabras. Desde entonces, su relación con los demás y consigo mismo ... [+]
25 de noviembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vejez es una edad de la que aprender y que encierra saber, historia, conocimiento y capacidad de consejo para quien esté abierto a ello. Y por supuesto, como en el caso de la mujer mayor del film, capacidad para hacer que alguien con limitaciones y defectos ostensibles, pueda reencauzar su vida y enriquecerla con nuevas aportaciones inducidas, tal el amor por la literatura, por la lectura.

Esta película está basada en la novela homónima de Marie-Sabine Roger. El personaje masculino, Germain Chazes (Gérard Depardieu), es un hombre maduro y obeso que vive en una caravana, en el jardín de su madre, y su vida transcurre entre el café del pueblo y el parque público. Los demás, amigos y conocidos, lo consideran un imbécil feliz, hasta que Margueritte (Gisèle Casadesus), una anciana muy culta, le descubre el universo de los libros y las palabras. Desde entonces, su relación con los demás y consigo mismo cambiará notablemente.

Su director Jean Becker suele hacer un cine directo, humano, lleno de historias sencillas y cotidianas, un cine costumbrista pero profundo. Relata historias que nos llegan sentimentalmente hablando y empalizan con el espectador.

De los dos actores principales sobresale sobre todo Gisèle Casadesus, que interpreta a la anciana protagonista, y el genial Gerard Depardieu, que llega al espectador tanto por su personaje como desde su interpretación. No se podría decir igual del resto de la interpretación coral, pero bueno, algo tenía que fallar. Como veremos, en su conjunto la película es motivo de reflexión sobre la vida de ambos personajes en particular, y en general de lo que se ha dado en llamar las “relaciones intergeneracionales” y los importantes aportes que dichas relaciones proporcionan a quienes disfrutan de ellas.

Paleto y pueblerino, a Germain se le presenta esa fuente de conocimiento encarnada en Margueritte, y a su lado nos parece que el mundo queda suspendido: nos cultivamos, nos alegramos, nos prendemos de la pantalla. Muchas sensaciones, sobre todo porque los resortes de la historia están tan muy bien cuidados e hilvanados. Es decir, que su director Becker no vuelve a recitar ni despliega el viejo tópico de la instrucción y el progreso o la superación del hombre inculto o poco formado. Este film, más bien deja ante nosotros a un personaje consciente y que conoce exactamente sus limitaciones y defectos. Pero por la mediación de Margueritte, Germain se motiva a aprender; pero en ningún momento la historia pretende dar lecciones o vencer los peores defectos del protagonista.

Becker plantea además con flashbacks, los conflictos que fueron socavando las posibilidades de Germain, y en lugar de darse al tremendismo, los acoge como una marca más del personaje, los deja vagando en su mente y logra proponer que estos trances de su duro pasado, no resulten extemporáneos o una coartada para enganchar la emoción más sensiblera del espectador.

Creo que lo mejor de todo en "Mis tardes con Margueritte", está en que se dejan atrás los finales más trillados o tópicos del cine, y da de lleno, sin excesivo sentimentalismo, con una realidad en la que ambos personajes pueden mantener una mutua relación de entendimiento y enriquecimiento. Todo ello conforma la agradable sensación de estar visionando una porción posible de la naturaleza humana, de la vida y sus avatares. Justo lo que Margueritte busca a través de la literatura.
Kikivall
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