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España España · Granada
Voto de Kikivall:
7
Drama. Romance Una mañana de invierno un maduro norteamericano y una joven muchacha parisina se encuentran casualmente mientras visitan un piso de alquiler en París. La pasión se apodera de ellos y mantienen relaciones sexuales en el piso vacío. Cuando abandonan el edificio, ambos se ponen de acuerdo para volver a encontrarse allí, en soledad, sin preguntarse ni siquiera sus nombres. (FILMAFFINITY)
1 de mayo de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Anoche volví a visionar esta película en TV tras más de cuarenta años de verla en el cine cuando llegó a España tras la muerte de Franco. Fue en su época, curiosamente, una cinta que muchos españolitos de a pie iba a ver a Perpiñán, como una especie de icono sexual. Nunca entendí la razón de este fenómeno pues la peli es lo menos erótico que he visto en mi vida.

Es más bien un film decadente que narra la soledad de un hombre maduro (Marlon Brando) que conduce a una joven cuasi adolescente (María Schneider) a una historia de sexo sin nombres, de encuentros anónimos en los que ninguno sabe nada del otro y en los que la relación es un camino a ninguna parte.

En un piso de alquiler, sin apenas muebles, sucio, con ratas, con un hombre de vida turbia recién enviudado (su mujer se ha suicidado) y una muchacha cuyo novio sólo parece reconocerla cuando la filma con una cámara en todo momento, se inician una serie de encuentros en los que sobre todo él obliga a mantener a ultranza el anonimato para ceñirse al puro sexo. Y, curiosamente, es la historia del cazador cazado. Brando, el hombre solitario e incógnito, al final de la cinta se enamora realmente de la joven María Schneider quien huye de él tras la patética escena del último tango en una sala de baile de Paris. La historia acaba, obviamente, en tragedia.

Recordé al verla, que hace años leí de la mano del gran escritor Curzio Malaparte que la decadencia occidental es en gran medida obra de los intelectuales: escritores, pintores, y yo añado cineastas. Y es que esta película tiene un fondo muy perverso, no recomendable para menores de sesenta años.

Es una obra que encierra una profunda tristeza, una insondable soledad, una indescriptible decadencia. Y aunque no dudo que Brando hace una gran interpretación, que Bertolucci dirige genialmente a Brando (¿o es al revés?), que la Schneider (que luego caería en desgracia) cumple con modestia de aprendiz en su papel de partenaire, que la fotografía amarillenta es muy adecuada a la historia o que el guion es de todo punto inquietante y dramático, a pesar de todo eso digo, esta es una de esas películas que yo no recomendaría salvo para un Congreso de psiquiatría o psicoanálisis.
Kikivall
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