Qué hacer con las frustradas esperanzas nunca logradas!!! Con esa larga sombra que se cierne sobre un poco-satisfecho encuentro!!! Película independiente, procedente del festival de Sundance a la que acudes con grandes expectativas; su inicio minimalista y personalizado te estimulan, el uso objetivo, plano e individualizado de la cámara te motivan, el excelente uso de la fotografía es un complemento añadido, el propio personaje -sociópata encubierto que se mueve torpemente- es muy atractivo de conocer y seguir, el lento y discontinuo proceder de las escenas centran tu atención..., toda una serie de factores que no se ratifican ni confirman según van ocurriendo los hechos; igual de pausado que el desarrollo de la personalidad de nuestro protagonista y todo su entorno, tu atención sobre él y tu ánimo de resolución final se van desvaneciendo sin piedra ni stop que lo detengan. Es una propuesta interesante tanto en guión como en formato; una mezquina alimaña envuelta en papel bonito de regalo que se mueve sin controlar sus actos y que va dejando sus consecuencias a medida que se desplaza. Pero, Antonio Campos y su emprendedor trabajo no logran involucrar al público, no obtienen una participación activa ni diligente del espectador; únicamente un mirar y seguir tranquilo y sosegado que no provoca las intensas y fuertes emociones que un oculto asesino con la piel de cordero debería originar. No sirve, simplemente, informar sobre lo visionado, relatar unos sucesos a distancia y sin implicación; sentir y experimentar el relato, todo la serie de inquietudes, temores e impresiones procedentes de ese aguzado y perverso iris ocular es primordial. Para observar y no percibir ya está la cámara -dispositivo inerte- aunque..., es supuesto que quien la maneja sabe darle vida más allá de ella!!!

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