Carencia de contenido para un rótulo tan meritorio! Con un guiño nostálgico a ese cine español de contenido familiar y navideño, en blanco y negro, que inundaba nuestras pantallas todos los años -La familia y uno más- tenemos este cuento de navidad hecho película que ofrece una visión estoica de lo determinado, de lo que se nos da y una correcta visión de la unidad familiar por encima de todo. Unas cuantas emociones, unas pocas risas, esperanzas y miedos, corregidas incorrectas-relaciones paterno-filiales, culminación del amor, alegria dulce y simplona bla, bla, bla. Llama la atención el reparto adulto de los personajes, excluyendo el pegote interpretativo de Rosa Sardá, resultando paradójico que el único a destacar sea el firme y resignado chaval que intenta ser un Mesías en canijo intentando arreglar la vida de todos antes de su partida. Apropiada para estas épocas (es un decir) me reitero, la sonoridad de su epiteto merece un volumen argumental de más calidad, de más calado, de más desarrollado linaje. Pobre resultado para los ingredientes que contiene