No nos engañemos, es una estupidez, una tontería de historia; pero, la verdad, reír te ríes. No seré yo quién descubra la simplona comedia española, sencilla en su base, con enredos, piezas de puzzle encajadas como desarrollo de la misma y final destartalado. Mismo planteamiento, visto una y otra vez, que sigue funcionando. y sigue gustando al espectador. Porque, honestamente, la película entretiene y divierte, te ríes un rato y te asombras del despropósito, disparate montado. No es un gran guión pero tiene lo suficiente para aceptarlo con gusto; no son grandes actuaciones -actores nuestros que hacen bien su trabajo- pero con placer les acompañas en su aventura; no es una gran dirección pero es lo menos importante..., y podría seguir y seguir pero, resumiendo y lo más importante, es un trabajo que cumple con las perspectivas creadas, que desempeña bien su papel de comedia ligera y superficial, prototipo ideal para pasar el rato, olvidarse de las preocupaciones y reírse un poco sin pensar mucho. Un poco de respeto y cortesía para un film que nada tiene que envidiar -incluso las supera- a las decenas de comedias americanas del montón que invaden continuamente la cartelera y que se venden como lo-más-de-lo-más; acudir en masa a estas últimas y no darle una oportunidad a la susodicha presente es de ser necio aventajado.

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