Es una lástima la oportunidad que ha perdido Timo Vuorensola de acometer un reto político-ficción con realidad paralela, explicándolo desde la vertiente pseudohistórica.

Podría haber creado una película modelo para Europa. Podría haber creado una escuela (huérfana, hoy por hoy), dando explicaciones más o menos verosímiles a los mitos que tiene el III Reich (al estilo Fringe).

Ha perdido la ocasión de hacer crear secuelas por capítulo de un mundo reconquistado por los nazis, con argumentos políticos y científicos. Castigando los vicios actuales de la humanidad y "parir" un héroe reconquistador.

En definitiva, meritorio trabajo, dado el presupuesto. Pero, cobarde y pueril planteamiento de un tema que podría haber dado muchísimo más de sí.

Alguien se atreverá?