Si se tiene en cuenta que me impresiona incluso ver poner una inyección, os podéis imaginar esta película en la que la primera media hora cuenta ya con un parto difícil y con una amputación, sobre todo esta última muy a lo vivo.
Pero qué gran película, con una trama directa, bien rodada, con una excelente interpretación de Leónida Bichevin.
Balabanov era de los que acertaban siempre. Ninguna de sus pelÍcula carece de interés y todas merecen un notable.
En esta la ambientación, en un paraje gélido, con un médico rural al que solo le llegan miserias, es inmejorable.
Además, Balabanov es de los que van al grano, sin florituras. Cada escena dura lo justo.
A la vez, qué angustia, qué mal se pasa viendo algo tan bueno.