Aunque solo fuera por la inteligencia que hay en el guiôn y la rara y atractiva densidad de los diàlogos esta pelîcula merece verse.
Además está la caliidad de la interpretación de Auteil y de la que se estrena, Jordana, con una convicción que llama la atención.
En el fondo, es el tema del racismo, pero tratado de forma distinta, sin tópicos. Están presentes el valor de la verdad, el cinismo ambiente y, a la vez, los buenos y verdaderos sentimientos. Esa verdad que se niega retóricamente está en realidad en la relación entre ella, Neila, y su novio, Mounir.
En definitiva, una película distinta, un soplo de aire a la vez fresco y enrarecido.