Mi asombro ante una muestra más de la variedad humana. Esta sencilla película recibe un 10 y un 1, un 8 y un 2.
Para mí es de ocho, aunque solo fuera por la interpretación de Emilia Clarke y por la creación de ese personaje ingenuo y listo, alocado y serio, de buena gente, de gente que sabe entender a los demás.
Lo demás es normal, sin destacar mucho por casi nada. Pero a veces pasa esto. una película se salva por la clase y la inmediatez de un solo actor o actriz. Sam Claflin, el pobre, solo puede poner la cara, nunca mejor dicho, pero la evolución de su relación con ella está muy bien matizada.
Es una película de sentimientos. Así que quienes se avergüenzan de tenerlos, y de llorar, si llega el caso, es mejor que se abstengan y vean otra vez Rambo.