No es de lo mejor de Zampa (al lado, por ejemplo de Gli anni rugenti o Anni difficili, que son anteriores), pero se deja ver bien, aunque todo esté muy simplificado. Era el el estilo de la época: ir al grano. Una pelea, hoy, dura al menos cinco minutos; entonces, treinta segundos. Todo así. Gina todavía no ha madurado, a pesar de tener entonces 27 años (y pasa aquí por una de 19). Después, gran parte de la película es una prostituta pero la censura de la época no permitía ser muy explícitos. Los demás actores están también algo rígidos y monocordes.
Con todo, la película queda en la historia del cine. Se aprovechó del prestigio de Moravia, muy sobrevalorado entonces y hoy medio olvidado.
Las escenas exteriores, si se conoce Roma, son, como solía ocurrir, incoherentes. Parece que vive en Piazza Navona, pero para ir a casa va por calles muy lejanas y casi de periferia.