Esto es como un banquete para cinéfilos. Comparto casi todo lo que se ha dicho aquí, con implicaciones ocultas y en clave que sin duda Miguel Gomes ha incluido.
Pero dejando eso a un lado es una película que se deja ver porque, después de una primera parte más bien sosa, todo el tema del amor de perdición entre Aurora y Gian Luca está lleno de intensidad y el rodarlo en mudo, con voz en off, no le quita nada de su acierto.
Por otro lado es algo triste, melancólico (palabra que se dice muchas veces), muy portugués o al menos muy de una fibra siempre presente en el arte portugués.
Es ciertamente una pena que la película haya sido poco distribuida pero money is money y no son estas cosas las que gustan a la taquilla.
Las interpretaciones no destacan demasiado porque esta es una película de autor y los personajes solo sirven para encarnar los trazos de una historia. Las escenas son cortas y no hay espacio para que un actor se luzca.