Hoy en día, gracias a la tecnología, se pueden encontrar imágenes bellísimas de cualquier cosa y eso lo aprovecha Luc Besson para insertarlas en una historia que, por mucho que sea de ciencia-ficción, no cuela. Las imágenes sí, son muy sugestivas.

Y luego está Scarlett Johansson, que no es mala cuando la dirigen bien y la historia tiene sustancia, pero aquí es casi un monigote, teniendo que poner cara ¿de qué? De alguien que tiene poderes sobrehumanos. No cuela tampoco.

Luego hay acción, tiroteos, coches corriendo pero eso lo vemos todos los días y mejor en Fast and Furious.

Como Besson no solo dirige sino que escribe el guión hay que decir que se le ha ido la olla. Si hubiera pedido colaboración inteligente quizá le habrían aconsejado un poco más de verosimilitud, que sí, sí es posible en la ciencia ficción, baste pensar, entre muchas, en 2001.Odisea en el espacio.