Estamos todos, en el fondo, tan desesperados con el cine español, que cuando sale algo mediano lo ponemos por las nubes: así se explica esta profusión de 7 y 8, ¡y hasta dos 10! para esta película de Mateo Gil.
Película que cuenta con una excelente fotografía y con una ambientación digna de un paraíso.
Pero ahí acaban los méritos.
El guión avanza a trompicones, sobre todo por los innecesarios flashes-back, que no añaden nada. Todo eso se podría decir hablando, con un buen guión.
San Shepard cumple, pero poco más. Noriega está mejor que otras veces, pero su papel es ridículo, un español que cae allí, en Bolivia, para no se sabe qué y que es muy malo...
Los nativos que intervienen -por fortuna, poco- lo hacen bastante mal.
En suma: una deficiente historia sólo pasablemente contada.