No tengo dudas. Surcos es de lo mejor que se ha hecho en el cine español desde el principio y ya quisieran muchas de ahora ser la mitad de buena.
Hay un guiño al género en “Surcos”: “ahora lo que se lleva es el neorrealismo”. Es neorrealismo y más, es una película coral sobre la emigracíón de tanta gente del campo a Madrid, creyendo que eso sería ir a Jauja. Cosa que por lo demás sigue ocurriendo hoy de otro modo.
Unos planos generales de la vida en Lavapiés que hoy son un documento. Unos diálogos vivos, naturales, llenos de chispa. Varias historias sobre los miembros de la emblemática familia Pérez. Unos intérpretes que bordan los papales, con una naturalidad y un saber decir que para hoy lo quisieran actores y actrices de ahora.
Y, por no abundar. Resulta cansino traer a colación que si Nieves Conde era falangista. ¿Y? Rossellini tuvo un periodo fascista. Eisenstein era comunista. Como Pasolini. Como Visconti. Las obras de arte se juzgan por sí mismas no por la ideología, si la tiene, de sus autores.