Una película correcta y bien interpretada, con un guión lineal y claro.
Quienes no la han entendiido
y la han puesto por los suelos deberían haberse puesto en lugar de un niño y de su inocencia que es lo mejor que hay en el mundo.
Es cierto que tiene parte muy edulcoradas, sensibleras, pero el tema de fondo es una de las grandes preguntas que los hombres se han hecho siempre.
La creencia no puede eliminarse con la cuchilla de la razón. Hay más cosas entre el cielo y la tierra, Horacio, que lo que dice tu filosofía. Shakespeare en Hamlet.
Ah, y el niño lo hace muy bien. Para comérselo.