Ya parece asumido que Cimino, después de El cazador no hizo nada, no ya a esa altura, sino a media altura.
En esta larguísima película el principal error es de casting. Hay suficientes fotografías de Salvatore Giuliano como para haber buscado un actor más racial, más siciliano, y no este Lambert que aquí suele poner cara de iluminado. Lo mismo el resto del casting, salvo Turturro. Muy americanos para poder representar a sicilianos. Y si se ve la fachada del Ministero di Giustizia no tiene sentido ponerlo en inglés.
Eso sí, buenas localizaciones, bellísimas imágenes, excelente ambientación, pero un guión muy mal estructurado, farragoso, interminable.
Lo que quiere ser un alegato a favor de un Giuliano al estilo de un Robin Hood siciliano, se queda es una parodia de Sicilia.
Sobre este bandido, que mató a casi 500 personas, es mucho mejor la película de Francesco Rossi, Salvatore Giuliano.