Con una narrativa sumamente lenta y un metraje bastante largo de unos 116 minutos promedio, inesplicablemente nos atrapa y nos mantiene pegados al sillón, cuando una película logra eso, por más que hablen y digan, ya ha cumplido con el objetivo principal de entretener al gran público.
Nos encanta;
La conjución de la fotografía de Ricardo De Angelis, junto a la musicalización de Manuel Tejada, logra uno de los puntos más importantes de la cinta en materia audio-visual, usando a su favor locaciones reales donde en realidad sucedieron los hechos y sirviendo de soporte a todo esto, el vestuario de época, con algunos aciertos, pero con otros desaciertos, como el caso de "Sergio Carlo"(Manolo Tavarez), el cual aparenta ser un golfista profesional de estos tiempos.
Michelle Rodriguez, (Minerva Mirabal) demuestra que tiene madera para papeles dramáticos, y no solo como la han querido encasillar en caracterizaciones de acción.
César Evora,(Antonio de la Maza) demuestra su fuerte personalidad y vitalidad, la misma que hemos visto en sus telenovelas.
Juan Fernández,(Trujillo) es el Trujillo que físicamente menos se parece al dictador real, de todos los que hemos visto en el cine, pero es hasta ahora el más parecido histríonicamente se nota que Fernández, se dedico a estudiar profundamente al personaje por medio de documentales, algo que creó no hicieron Eduard James Olmos (En el Tiempo de las Mariposas) o un Tomás Milián(La Fiesta del Chivo).
Reiterando;
Algunas escenas de violencia, donde se presentan torturas pudieron ser más reales, aunque hay otras bien impresionante.
Muchos actores secundarios o mejor dicho (extras) se notan sobre-actuados (casi-declamando).
Pero como dije, con todos sus fallos nos encanta y preferimos mil veces este film, sincero y real, ante cualquier otro producto comercial-evasionista Hollywoodsiense.