Hipatia no solo es guapísima, además tiene el culo perfecto. Los cristianos no solo son malos, además tienen cara de malos y visten como malos. Incluso llevan bandoleras para parecerse más a los muyahidines, a pesar de que faltasen mil quinientos años para que se inventase el kalashnikov. Hubiera apagado la tele pero seguí adelante por curiosidad sobre la época, su historia y la ciencia. Que era lo que más me atraía de la película. Lógicamente no se me sació, porque si no te crees una parte acabas dudando de la totalidad.
Después de tan mal comienzo la cosa no mejora demasiado ni gana mucha verosimilitud, pero bueno, los diálogos están bien, es bonita visualmente y está bien hecha en general. Las tomas cenitales de los disturbios están chulas. Sobre todo cuando no están aceleradas.
La película no es que naufrague totalmente pero hace aguas por bastantes lados. Se entiende que no haya llegado a gustar.

Me permito dos reflexiones:
Estos alegatos por la mujer quizás ayuden. Pero no vamos a levantarles el yugo mientras condicionemos su valía a su atractivo sexual.
Y ser ateo significa no creer en la existencia de dioses, nada más. Puede entenderse como una forma de entender el mundo, pero lo que no se puede convertir es en un sistema moral o un patrón social. Apedrear desde el ateismo a las religiones como portadoras de perversidad y pretender ser el sistema superior es convertirlo casi en una religión más. Justo lo que no es.