Este es el ejemplo que siempre me salta a la mente cuando el tema de conversación son las peores películas que hemos visto.

Dragones y Mazmorras es un mítico juego de rol con años de historia, novelas publicadas, mundos propios, personajes míticos, toda una cultura propia. Todo eso fue tirado a la basura para hacer algo medianamente relacionado con el juego que únicamente aprovechaba el tirón del nombre. Por lo que he leído por ahí, alguien compró los derechos y le entregó a un director novato el proyecto para que hiciera lo que quisiera. Y así salió. Cero imaginación. Cero pasión. Cero creatividad. Cero gracia.

Guión malo para niños. Interpretaciones exageradas. Elfos negros. Enanos que sólo usan su hacha para golpear con el mango. Mazmorras cutres. Diálogos soporíferos de los que pierdes el hilo. Un ladrón negro que pega grititos todo el rato y se supone que es muy gracioso y otro muy guapetón y heroico. Orcos de látex. Ligeras menciones a elementos del juego original, como ciertos hechizos o monstruos, para contentar un poco a los fans, que en realidad deberían sentirse traicionados y decepcionados.

Si tenéis curiosidad de hasta qué punto es mala, en el canal de YouTube Good Bad Flicks tienen un vídeo analizándola punto por punto.