Qué importante es saber contar historias, tomándote el tiempo necesario para presentar a los personajes y darles una dimensión, sin necesidad de hacer aspavientos ni monadas de cara a la galería.

La peli es muy sencilla. Un abogado acabado, alcohólico y perdedor, se topa un día con un caso, lo cual, ya de por sí, es un notición inesperado. Pero es que, además, enseguida descubre que ese puede ser EL caso, la oportunidad de reafirmarse como profesional y como persona, y es una oportunidad que no está dispuesto a dejar escapar. Y ya está, peli de juicios al canto, pero con mucho encanto.

Lo que pasa es que el prota es el maravilloso Paul Newman, y el que le retrata es el hábil y honesto Sidney Lumet, y claro, la peli no es una más. Tal vez el argumento pierda por momentos la mesura, e incluso la cordura, pero lo mismo me da. Muy disfrutable.