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España España · MADRID
Voto de VALDEMAR:
4
Cine negro. Intriga. Thriller. Drama Wilson, un agente de la comisión de crímenes de guerra, está buscando a Franz Kindler, uno de los cerebros de los campos de exterminio nazis, que ha conseguido huir sin dejar huellas. Siguiendo la pista de un antiguo camarada de Kindler llega hasta Harper (Connecticut), donde es asesinado antes de poder identificar al fugitivo. La única pista que le queda es la fascinación del criminal nazi por los relojes antiguos. (FILMAFFINITY)
27 de mayo de 2013
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desprendes aroma a narciso; esa bella flor de fragancia penetrante.

El extraño cuenta una historia sobre nazis, como si de un cuento de ogros para niños lerdos se tratara. Vamos, que la cosa es simploncilla y cuesta trabajo creérsela.

El señor Welles desarrolla todo su catálogo de travellings, picados, contrapicados, profundidades de campo y demás pocholadas, que pone al servicio de su ego personal, que no al de la narración. Todo buen cineasta que se precie debería de ser, a mi entender, un buen narrador de historias, en vez de un escaparatista de lujo.

Detrás de la cámara todo eran virtudes, pero delante el dispuesto Orson era una patata; así que te pasas la peli viéndole hacer muecas raras delante de su alelada esposa [¿por qué se construían tan mal los personajes femeninos en esta época? Todo el mundo sabe que Orson Welles no tenía abuela, pero ¿los guionistas tampoco? ¿ni madre, hermanas, tata, o alguna mujer cercana en la que fijarse? Vaya tela] Tampoco entiendo por qué a Edward G. Robinson, que no hace más que llevarse mamporros, jamás se le cae el sombrero; ni por qué una cosa que debería de empujarte se te clava. Qué forma de tirar por tierra las Leyes del Movimiento de Newton.

La manera en la que Robinson conserva, además del sombrero, la dignidad (tanto propia como del personaje), y esa última y espectacular secuencia, son lo mejor de la función. Aunque, no me hagan caso. Seguro que esta peli les encanta, a no ser que tengan alergia a los narcisos.
VALDEMAR
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