Cuando el viento te sopla fuerte y directamente en la cabeza te puede llevar a la locura transitoria. Esta idea peregrina, mezclada con alguna otra cogida de la serie B de toda la vida, le sirve a Shyamalan para hacerse una peli entera, y se queda tan ancho y pancho.

Mucho le ha soplado el viento en la cabeza a éste, me temo.

Pues, si pasamos por alto el hecho inamovible de que el indio es un chapucero a la hora de escribir diálogos y de desarrollar personajes, la peli se deja ver sin demasiados problemas. Incluso nos regala algún momento de esos suyos, de cuando se pone a rodar que da gusto verlo… pero en esta peli se limita a hacer interesante cierta parte de la historia, la que transcurre en la casa de una inquietante anciana, y algún suicidio colectivo, poco más.

Al loro con el hombre ese que decide acabar con sus días en la jaula de los leones… pelis de terror de broma he visto que hacían menos gracia que esa secuencia, con todo el chorrazo sangriento poniendo perdiditos a los pobres y flipados félidos.

Ay, Shyamalan, que cuando pega el siroco te quedas too loco.