Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Charly Barny:
10
Thriller. Drama El policía Stéphane Ruiz acaba de unirse a la BAC, la Brigada de Lucha contra la Delincuencia de Montfermeil, un suburbio al este de París. Allí conoce a sus nuevos compañeros, Chris y Gwada, dos agentes experimentados en las enormes tensiones que existen entre los distintos grupos organizados que operan por el control del problemático barrio.
9 de marzo de 2020
12 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ladj Ly es un joven director cinematográfico nacido en la Republica de Malí, al sur de Argelia en África, cuyos padres emigraron a Francia cuando él tenía 8 años. Se establecieron en los suburbios de Paris, donde formaron parte de una comunidad en la que prevalecía la religión musulmana. No obstante, el proceso de adaptación no fue ni será fácil. Lengua diferente, tez oscura, vida nómade, falta de recursos, añoranzas son factores condicionantes más allá de las garantías civiles. Un lugar donde, además, la violencia y la marginalidad es un hecho corriente.
En 2009, el joven Ladj Ly fue arrestado y condenado por la justicia francesa a 3 años de prisión por complicidad en un caso de secuestro, cumpliendo su pena en forma correspondiente, Su prontuario también registra otros antecedentes policiales con dos veredictos por delitos menores, uno de ellos en 2011, por filmar un caso de violencia policial al que le agregó sonido con comentarios provocativos, que más tarde publicó en Internet.
Este último caso inspirará y dará lugar a Los Miserables. Ni su título ni la leyenda final son una casualidad. El propio Ladj Ly comenta; “Durante cinco años filmé escenas en mi vecindario. Filmamos a la policía, en lugares donde sucedieron muchas cosas raras. Más tarde hice un video de ello. Ahora filmé esta película.
Con aquel tono documentalista, y un fuerte sentido del cine verdad, debuta en el largometraje filmando “Los Miserables”, una obra maestra del docuficcion. Ladj Ly recrea aquellos sucesos con una fuerza arrolladora, logrando hacer un cine que respira verdad a lo largo de todo su metraje, y que termina alzándose más que con una denuncia contundente, con un alegato en favor de aquellas minorías que por su condición de raza, lengua y religión, son condenadas a vivir miserablemente en barrios marginales, semi controlados por los punteros cuasi políticos de similar identidad, además de la fuerte y permanente presencia de la policía francesa.
Estilísticamente, el film abreva en el documental adquiriendo la forma de un docudrama en el que una situación mínima dispara un serio conflicto entre adolescentes del barrio. La intervención policial generará un escándalo de proporciones mayúsculas. El carácter documentalista con que filma Ladj Ly, además de la reconstrucción minuciosa de los hechos, muestra una verdad incuestionable: la existencia de prejuicios religiosos y raciales que terminan socavando el derecho y la integridad de los extranjeros. Los más jóvenes serán los más afectados.
El cine verdad de Ladj Ly muestra con sutileza primeros planos, hace añicos el montaje fraccionando la película, la cámara se mueve constantemente dándole velocidad a la narración. Con ello obliga al espectador a meterse, prácticamente, en la película misma. Las imágenes que logra son de una fuerza demoledora que uno siente que está allí mismo, donde reina la violencia, el dolor, y el desprecio por la vida, construyendo un fresco donde no acusa ni juzga, solo muestra para que el espectador, en total libertad, saque sus propias conclusiones.
Los Miserables toca la sensibilidad del espectador haciendo recordar otros momentos de obras maestras del cine tales como el final desesperante de Roma Ciudad Abierta (1945) de Roberto Rosselini, o más recientemente, una obra post neorrealista de Ettore Scola que muestra la miseria palpable de un asentamiento romano en Brutos, Feos y Malos (1976), o últimamente, el desprecio por la vida en los campos de concentración que registra El Hijo de Saúl (2016), del húngaro Lászlo Nemes. Todas ellas películas físicas, que se sienten con el cuerpo más allá del intelecto.
En el final, pantalla en negro, aparece un cartel que da total significado al título de la película y sobre todo, a lo visto: “Amigos míos, retened ésto: No hay hierbas malas ni hombres malos. No hay más que malos cultivos”, frase escrita por Victor Hugo en su obra Los Miserables.
Está claro que el film ha terminado y comienzan a caer los créditos finales. Lo cierto es que estamos noqueados, sin reacción nos cuesta levantarnos de la butaca. El film de Ladj Ly es demoledor. Rompe con todos los prejuicios. Es un tremendo llamado de atención no solo a las autoridades que indudablemente tienen que resolver un problema urgente sino también a los espectadores, quienes deberían tomar conciencia de qué manera son parte de ello.
Tanto Los Miserables como Parasito son las dos películas que más premios ganaron durante el 2019. Ambas tienen en común una mirada social profunda que alerta sobre problemas actuales, latentes y dolorosos a los que la política no les está encontrando solución. Por otra parte, no hay forma de permanecer indiferente frente a la película del malí radicado en Francia. Este problema no es solo francés. Lo estamos viviendo.

http://thecharlysmovies.blogspot.com
Charly Barny
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow