Entretenida aproximación al cine alienígena pero con un punto de partida totalmente novedoso, en el cual los humanos son los encargados de hacerle la vida imposible a los recién llegados.

Envuelta en un duro alegato político en contra del no tan lejano Apartheid en Sudáfrica, Distrito 9 es básicamente una película de acción futurista de serie B, con bastantes tópicos del género aunque con un interés innegable. Y todo ello pese al excesivo recurso de las entrevistas en plan documental y de la, en ocasiones, cargante cámara en mano.

Discretos efectos especiales, inexistente banda sonora y actuaciones correctas de unos ignotos actores que cumplen con su cometido sin ningún tipo de alardes.

Si bien el director ya ha comentado su intención de no rodar una segunda parte, estoy convencido de que la productora tendrá ya en mente quienes serán los encargados de hacerla. Y tiene pinta de que será bastante más interesante que la primera, por la posibilidad de desarrollar más los personajes extraterrestres (se nos presentan como simples "bichos" y no sabemos qué hacen en la Tierra ni cómo se comunican con los humanos) y porque el dinero bien usado hará de los efectos especiales, y no de la abusiva cámara en mano, su mejor arma.

Espero y deseo que no nos dejen con la miel en los labios ni se encarguen de echar por la borda el original punto de partida de este peculiar film.