Película de Hitchcok que transcurre en Vermont, Nueva Inglaterra. Un forastero es ultimado. Ese es, precisamente el problema dado que, por haber tenido distintos incidentes con diversas personas, se va tejiendo una fábula macabra y culpógena en la mente de éstas que, llegan a la conclusión irrefutable, cada una por su lado, de que fueron los autores accidentales de su muerte. Desmenuzar esta madeja será el objetivo de una investigación de por sí enmarañada cuando, la autoinculpación de alguno de ellos, motivará la necesidad moral de otros de intervenir asumiendo su propia errónea culpa para evitar una injusta condena. Este atractivo argumento, serpenteado por dosis de humor (negro así mismo) desemboca, sin embargo, en un cierto empantamiento dialógico poco proclive a la acción que le quitan algo de agilidad. Se asiste a un coloreo algo barroco de las conversaciones y caracteres, aunque de todos modos es un film con su cuota de interés y el insólito problema de sucesivos entierros y desentierros cuando se quiera indagar bien la causa material de la muerte. 7,50.