Irónica y mordaz crítica sobre la gestión de la administración Tory durante la Crisis del Covid-19.

Gran actuación de Keneth Branagh que interpreta a un histriónico Boris Johnson, más preocupado de contentar a su joven novia y de sacar al perro que de preocuparse por su pueblo, ignorando todos los avisos de lo que se avencinaba.

Ajeno a la realidad, el primer ministro solo se rodea de fríos analistas de datos, especialistas en estadísticas y consultores para navegar una nave que va naufragando poco a poco en un océano de vergüenza.

Aunque la miniserie tiene ritmo, a veces se pierde en los detalles y para un no británico quizás pierde algo de interés. Seguramente para los que vivieron los hechos de primera mano la puntuacón será más alta.

Se deja ver.