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Voto de Quique Martín:
4
Fantástico. Comedia. Acción. Aventuras Billy Batson y sus compañeros adoptados han recibido los poderes de los dioses pero aún están aprendiendo a compaginar sus vidas de adolescentes con sus alter-egos superheróicos. Pero cuando las Hijas de Atlas, un vengativo trío de antiguos dioses, llegan a la Tierra en busca de la magia que les robaron hace mucho tiempo, Billy -alias Shazam- y su familia se ven envueltos en una batalla por sus superpoderes, sus vidas y el destino de su mundo. (FILMAFFINITY) [+]
17 de marzo de 2023
61 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quiero comenzar diciendo que yo soy fan de la primera entrega de “Shazam”. Que estoy dentro de ese grupo de personas que la defendió a muerte como un producto desenfadado y distendido, que básicamente apostaba por la diversión y el humor por encima de los esquemas propiamente superhéroicos y que conseguía, gracias a su estilo fresco y juvenil, ser un entretenimiento divertidísimo y de primer nivel.
Pues bien, todo eso tan bueno que tenía la primera se ha absolutamente perdido en esta segunda entrega que navega a la deriva hacía un arrecife en el que encallarse o hundirse.

Repasando la ficha técnica de esta segunda entrega de “Shazam” -que llega a nuestros cines el 17 de marzo- uno puede ver que tenemos aquí al mismo director de la primera entrega, que repite también uno de los dos guionistas, y que el elenco principal vuelve casi al completo. Además, las nuevas incorporaciones son actrices con un talento descomunal, como Hellen Mirren, Lucy Liu o Rachel Zegler. Así que… ¿dónde está el fallo? Pues el fallo está todo a la vez en todas partes -permitidme la broma y la referencia a la flamante triunfadora de los Oscar-.
Durante aproximadamente hora y media de cinta, de las más de dos horas a las que se va este largometraje, podemos observar una pérdida completa de la magia y el tono que envolvía a la primera entrega. Los gags cómicos no funcionan por ningún lado. Hasta el punto que es sonrojante pensar que nadie se haya dado cuenta de esto y, o mejorado los gags, o reducido drásticamente su presencia.
Los actores adultos en su versión Shazam están absolutamente perdidos, no sé si es cosa de ellos o de quién los dirige, pero algo no está funcionando nada bien. No tienen ni la química que tiene el elenco infantil entre ellos -que están a años luz de distancia y son de lo mejor de la película-, ni tampoco el carisma que se espera de este tipo de personajes. Es cierto que repiten de la anterior, pero a excepción de Zachari Levi -que es el más salvable de todos, aunque también está peor que en la primera entrega- el resto no habían tenido prácticamente metraje en la uno y eso, quizá, había ocultado las carencias interpretativas.

En cualquier caso, el mayor problema no es el reparto. Es el guion. Como ya he dicho anteriormente los gags cómicos no funcionan. Pero eso no sería tantísimo problema si, al menos, la película funcionase como un espectáculo de luces y nos diese grandes “Set pieces” de acción que camuflaran las partes más tediosas. Pero, amigos míos, eso tampoco ocurre hasta el final. Durante la primera hora y media de cinta asistimos a un montón de tramas y subtramas que no solo carecen de interés, sino que están mal desarrolladas. Es como si quisieran abarcar de más, ponerse más profundos para que la gente se los tome más enserio, pero no fuesen capaces de hacerlo en condiciones. Con lo cual, acabamos por tener una hora y media de película con un problema enorme de ritmo -y me duele decir esto de una película de Shazam- que se va eternizando en la búsqueda de que empiece el verdadero espectáculo y que acaba, o al menos a mí me ha sucedido así, por hacerse tremendamente aburrida y sin ningún interés. Es triste pensar que la gracia de la primera película era, precisamente, ese estilo tan particular y esa forma de usar la comedia dentro del universo DC y como ha absolutamente desaparecido aquí.

Finalmente, y esto si es positivo, la película llega a su último tercio -que dura sus buenos treinta o cuarenta minutos- donde de golpe despega del todo y se convierte en un tremendo espectáculo de acción, golpes, luces y momentos épicos. Yo me llevo preguntando desde que salí del pase de prensa si estos cuarenta minutos pueden “borrar” o compensar su primera hora y media. Y, sinceramente, creo que sería injusto decir que los borra o los compensa. No puedo obviar que me he aburrido durante dos tercios de película por mucho que haya disfrutado bastante con su tercio final. Y creo que es justo que cualquiera que me lea sepa que puede encontrarse con un muro importante durante la mayor parte de la película.

En conclusión, creo que “¡Shazam! La furia de los dioses” es una película francamente desequilibrada. Que cuenta con unos treinta minutos finales muy potentes pero que se cae en conjunto por tener una primera hora y media francamente mal escrita, tediosa y sin ritmo. No sé cuales son los planes de DC a estas alturas para Shazam -la película cuenta con dos escenas postcreditos importantes, pero asumo que estaban hechas antes de los cambios en la dirección del DCU que va a llevar a cabo James Gunn- pero lo que sí sé es que, en caso de que Shazam no entre en la limpia que va a haber de personajes y actores, si debe entrar en la lista de proyectos que deben replantear su camino. Ya que, lo visto en esta película, no me parece que sea el camino correcto. Una pena.

Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv
Quique Martín
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