Me tragué el otro día esta película porque no tenia nada mejor que hacer y me gustó bastante. Sabía que podía esperar lo mejor de Pegg y Dunst pero lo que realmente me sorprendió fue Megan Fox, y en ella me centro por eso mismo, porque me sorprendió tanto que creo que merece la crítica entera.

Vapuleada sin piedad por su ¿papel? en la saga Transformers, aquí la muchacha demuestra que, a parte de un físico prodigioso tiene buenas dotes para la comedia y puede que logre buenos papeles en este género en el futuro. Su escena junto a Simon Pegg borracha en el borde de una piscina (de lo mejor de la cinta) demuestra que se ríe de sí misma y que no es tan mala actriz como muchos piensan. Y es que parece que eso de ponerla a parir está de moda... creo que esta película es un paso más para conseguir papeles decentes. Un paso pequeño pero algo es algo. Su personaje de actriz principiante, creida, egocéntrica y superficial, demuestra, con mucho humor, el mundo de divas y subnormalidad en el que la propia Fox está metida... y se la nota cómoda.

Y que conste que no me considero fan de la Fox, eso se lo dejo a mi novio, pero he visto tanto machaque hacia la pobre muchacha (incluso en Jonah Hex ¡que no sale ni cinco minutos!) que me veia en la obligación de resaltar que la chavala no es ni mejor ni peor que otras muchas actrices de su generación.