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España España · Oviedo
Voto de babayu:
4
Drama. Comedia En plena guerra civil, un grupo de artistas españoles va a rodar una película de carácter folclórico a los estudios alemanes de la UFA nazi. El contraste ideológico entre españoles y germanos da lugar a situaciones conflictivas como, por ejemplo, el choque entre la protagonista, hija de un preso republicano, y el mismísimo Goebbels, jefe de la propaganda nazi del Tercer Reich. (FILMAFFINITY)
21 de febrero de 2009
26 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de Trueba nunca me ha entusiasmado, y aquí pretende algo demasiado grande para poder salir airoso; la peli se convierte en un intento fallido (a pesar de tener a un grande como Rafael Azcona a la cabeza de los guionistas) de realizar una tragicomedia al estilo "wilderiano", basándose muy libremente en hechos reales: en 1938 Florián Rey dirigió a Imperio Argentina en Carmen, la de Triana, paralelamente a Herbert Maisch, que haría lo propio, con la misma actriz, en los estudios de la UFA, con Andalusische Nächte. Esto, que sin duda roza lo surrealista, pudiera haber dado pie a una producción más talentosa, si se hubiera optado por la recreación histórica o directamente por el vodevil, pero Trueba se queda entre ambas aguas, sin definirse realmente por alguna de las dos opciones. Por ello la peli languidece entre chispazos de humor y momentos risibles, aunque ésta no fuera la intención de su realizador.
Creo que Penélope Cruz se esfuerza, con relativo acierto, en encarnar a esa Macarena Granada que se debate entre el amor devoto que le profesa el director de la peli, Blas Fontiveros (un eficaz Resines), y la persecución de un salidísimo Goebbels (resulta bastante difícil de imaginarse a un terrible Ministro de Propaganda nazi perdiendo la cabeza de esa manera tan estólida por unos fugaces amoríos con una actriz). La cosa gana enteros cuando se centra en los secundarios, personajes caricaturescos pero con gracia: un Julián Torralba, galán fachorro (bien Jorge Sanz, dentro de sus limitaciones), la embajadora (genial María Barranco), o, sobre todo, una espectacular Rosa María Sardá, divertidísima en su papel de Rosa Rosales, una estrella en decadencia sarcástica y borrachuza. Otros secundarios son más grises, como Santiago Segura, Loles León o Bonilla, que en general hacen "de sí mismos", repitiendo sus gracietas vistas anteriormente en otras pelis.
Formalmente está bien hecha, evidentemente gracias a que hay una buena inyección de dinero, destacando la foto de Javier Aguirresarobe, el vestuario de Laia Huete y Sonia Grande y la dirección artística de Gerardo Vera.
En definitiva, un producto menor que se engloba dentro de aquello de "cine dentro del cine" (incluso hay algún caprichoso homenaje a Casablanca), con ciertos puntos comunes a otra peli del mismo año, infinitamente superior, como fue La Vida es Bella.
babayu
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