Extra-ordinaria película de acción, un cruce entre Universal Soldier (1992) de Emmerich, Crank (2006) de Neveldine y Tylor (en sí cualquier película protagonizada por Statham) y la franquicia Call of Duty; que ve su mayor ventaja en que sus intenciones y el público al que va dirigido son claros, así mismo su técnica… en ella reside su mayor cualidad: POV. Un filme estimulante y único. Divertido, frenético, acompañado de una banda sonora estupenda que prácticamente nunca deja de escucharse, bonitas prostitutas y el uso de drogas.

A pesar de su reducido presupuesto y escasa campaña publicitaria a su estreno, Hardcore Henry se ha convertido en una de las propuestas más arriesgadas y efectivas, que viene a caer lejos del cine Serie B (cuando leemos bajo presupuesto + violencia es lo que pensamos), es… algo diferente, más apegada en su factura a un videoclip, tendencia dada por su director y guionista, también guitarrista y vocal de la banda de rock Biting Elbows, quien ya había producido para su banda con las mismas características los vídeos The Stampede y Bad Motherfucker.

Por su puesto, una cosa es editar 4-5 minutos y otra hora y media. Considerando que la mayoría de los cineastas limitan (o simplemente descartan) su creatividad cinematográfica optando por planos convencionales dejando fuera recursos como el Point of View (y en menor medida el plano secuencia), esperemos no suceda lo que con el subgénero mockumentary (tampoco que Naishuller repita, al menos no igual) y sea pauta para una “pequeña revolución cinematográfica”, traducido como una oleada de películas en primera persona. Pero en fin, desde la unicidad: ¿qué hace brillar a Hardcore Henry? Probablemente sea que su novedosa perspectiva nace en el momento adecuado, donde persiste el aprecio por los videojuegos en primera persona cada cual más realistas y el gusto por la GoPro y los vídeos extremos en youtube.

Ahora, dejando de lado esta cuestión técnica/estética el guion me parece… “muy bueno”, no así el argumento, bastante pobre pero que nos invita a dejarnos llevar. Cuando la premisa es ir del punto A al punto B checando un GPS, con la intención de salvar a tu bella esposa de la cual no sabes nada salvo que te ha reconstruido como un ciborg y, quien amenaza su reencuentro y la paz del mundo es un loco con telequinesis que planea conquistar al mundo creando un ejército ciborgs… no hay demasiada sapiensa que exigir salvo que las cosas resulten divertidas. Y es donde viene el guion, Naishuller emula a la perfección un vídeo juego ofreciendo variedad en sus secuencias de acción y la manera en que progresa la misión cada vez más compleja en dificultad. El buen resultado indiscutiblemente de debe a Jimmy, maestro del disfraz, interpretado genialmente por Sharlto Copley (District 9, The A-Team, Europa Report), quien funge de personaje secundario de apoyo, donde gracias a su oportuna aparición en los diferentes escenarios podremos escapar, disponer de un arsenal u obtener las explicaciones/instrucciones a seguir. Por otro lado, aporta al filme ese toqué gamberro y cómico. Curiosamente, este personaje (tan no-real, ya verás por qué) es el más sustancial del filme, siendo Henry sólo un medio (para golpear, estallar, disparar, etc.,) y su némesis Akan, una imagen lejana (como la de todo villano de videojuego).

Ideal para mirar a todo volumen y en una gran pantalla (si no llega a los cines de nuestro país). Una experiencia agradable y aún más si eres fan de estos videojuegos, para mí sin serlo es mejor de lo que esperaba… aunque admito es fatigante y ligeramente aturdidora pero gustoso la volvería a ver.

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