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Estados Unidos Estados Unidos · New York
Voto de Lucien:
9
Romance. Drama París, 1820. Dos jóvenes artistas, Baptiste Debureau y Frédéric Lemâitre, debutan en el teatro de los Funámbulos y entablan amistad. Un día, Garance, una misteriosa y atractiva mujer, irrumpe en sus vidas. Mientras que el tímido Baptiste no se atreve a declararle su amor, Frédéric la convierte en su amante. Sin embargo, al estar implicada en una serie de crímenes, la mujer desaparece. (FILMAFFINITY)
22 de junio de 2010
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sirvan estas líneas para reondear lo que tan atinadamente han señalado mis compañeros cinéfilos. Que "Les enfants du Paradis" es un homenaje al teatro en todas sus vertientes, es algo claramente visible. Lo que quizá resulte menos subrayado es el paralelismo que en las figuras de Baptiste y Lamaitre se da con dos formas de hacer cine.
El mimo, el hombre blanco, Baptiste, supone el equivalente directo al cine mudo; Lamaitre, el galán, el actor, dan la réplica decimonónica al cine sonoro. Podríamos decir, llevando este hecho no casualmente traído por Carné, que su homenaje no es solamente un homenaje al teatro sino un guiño y una reverencia del cine a sus antepasados.
Asimismo, cabe señalar la clarísima estructura operística del film. Sus tres horas que quizá puedan aburrir al común espectador, su desarrollo trágico y sus sus cinco escenas visiblemente segmentadas en dos cuadros no resultan sino un acto voluntario de un director que no se conformó con hacer un guiño al teatro sino a la amnifestación escénica más señera del siglo XIX: la ópera.
Entre lo más significativo y aún no comentado es la incómoda resolución final. Recordemos que este film dialoga con "Lo que el viento se llevó", otro filme de apabullante y trunco desenlace. Carné (y Prevert) emulan esto mismo, posiblemente llevados por un sentimiento de posmodernidad. A pesar del homenaje, director y guionista ofrecen un final que aspira a simbolizar el sinsentido contemporáneo. El espectador deberá todo cuanto el guionista ofrezca como un símbolo: el actor, el amor, el paraíso de las masas, los niños exiliados de este paraíso...
Gran película pues que resume al amor a todas las grandes manifestaciones (el teatro, la ópera, el cine) y las eleva bajo el talento de un Prevert inspirado.
PD:Parece mentira que pudiera ser rodada baja la ocupación nazi. Para espectadores pacientes, letrados (y snobs como yo) que ven lo que representó esta maravilla en la historia del cine.
Lucien
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