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Estados Unidos Estados Unidos · New York
Voto de Lucien:
8
Drama Hacia 1930, en un pequeño pueblo de Jutlandia occidental, vive el viejo granjero Morten Borgen. Tiene tres hijos: Mikkel, Johannes y Anders. El primero está casado con Inger, tiene dos hijas pequeñas y espera el nacimiento de su tercer hijo. Johannnes es un antiguo estudiante de Teología que, por haberse imbuido de las ideas de Kierkegaard e identificarse con la figura de Jesucristo, es considerado por todos como un loco. El tercero, ... [+]
18 de enero de 2010
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
En este pesado día de lluvia, decidí premiarme con una de las películas que con mayor afán había perseguido, "Ordet" de Dreyer. Y he de confesar que estoy de acuerdo con muchos de mis compañeros de FA.
La película es un ejercicio de brillante fotografía y dirección de actores. Pausada y con tendencia a la teatralidad, el film mantiene en vilo al espectador gracias a la belleza de sus imágenes y al clima que los efectos de sonido crean.
Sin embargo, llegados al final, la conclusión no es del todo satisfactoria. Concuerdo que el mensaje de Bergmann me llega mucho, muchísimo más. Porque hay algo en la fe que me horripila y es cuando se sobrepone a la autenticidad del dolor humano, cuando nos niega el derecho a la duda, al grito y a la desesperanza. Hay algo de púlpito en la palabra de Dreyer y eso me distancia. "San Manuel Bueno y mártir" me conmueve más porque puedo entender su corazón, me habla un hombre como hombre, no por la boca de dios. El problema de Ordet es que fascina mis ojos, pero no me conmueve. Y no me conmueve porque se ve demasiado pronto que estamos ante una obra trucada, ante una obra pensada para comulgar con una filosofía muy concreta de vida, para decir al espectador que los milagros son posibles y que los locos y los niños son capaces de verlo.
Y debe ser que no tengo ya nada de niño, ni de loco. Porque a mi corazón no le llega la plegaria antes que empatía humana.
No creo en Johannes, ni creo que el final que Dreyer impone sea un final feliz. Si fuera así, su mensaje tan intolerante como la intolerancia que denuncia.
En fin, obra visual maravillosa, pero que no llegará con igual eficacia a los espectadores de hoy.
Lucien
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