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Estados Unidos Estados Unidos · New York
Voto de Lucien:
7
Drama Madrid. Manuela, una madre soltera, ve morir a su hijo el día en que cumple 17 años, por echarse a correr para conseguir el autógrafo de Huma Rojo, su actriz favorita. Destrozada, Manuela viaja entonces a Barcelona en busca del padre del chico. (FILMAFFINITY)
2 de diciembre de 2009
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mejores películas del director manchego que tiene en la caracterización de los actores su mejor baza y que desprende algunas de las escenas mejor rodadas por Almodóvar. Hay verdaderos hallazgos de Cine con mayúsculas: la escena del atropello, la del lápiz que escribe en el vacío, la escenificación de la muerte del hijo antes y después del suceso real, la del tren que va y vuelve en un mismo plano, escenas de un encantamiento casi Fellinesco entre las protagonistas, diálogos brillantemente logrados gracias al detalle, el pormenor, la cita (como cuando Fernando Fernán Gómez pregunta por la edad y altura de su propia hija sin reconocerla y lo hace tiempo más tarde al reencontrarse con Manuela)... Asimismo, no sólo hablamos de intertextualidades ajenas (All about Eve, Un Tranvía llamado Deseo, Lorca), sino de un auténtico ejercicio de metaescritura.

Precisamente lo que se le pueda censurar al estilo Almodovariano habla de algunas de sus mayores virtudes: cómo un guión tan poco verosímil puede hacerse cercano, sincero al espectador. Hay tanto de todo, hay tanto exceso, que parece mentira que Almodóvar haya creado un puñado de vidas reales y emotivas.

Lo único que echa a perder el talento de nuestro insigne embajador del cine español es la irregularidad interpretativa del plantel y la inserción de ciertas escenas realmente flojas o rodadas como con prisa o desmaño. Por alguna razón, la dirección de actores alterna momentos excepcionales, con momentos de una extraordinaria mediocridad. Cecilia Roth está fabulosa, al igual Marisa Paredes. Antonia San Juan está simplemente soberbia y a excepción de ese monólogo un tanto forzado hacia la mitad, brilla con una de sus mejores interpretaciones en pantalla grande. En contraste, Eloy Azorín resulta algo insípido y no digo nada de Cayetana Guillén Cuervo, cuyo envaramiento resulta demasiado ficticio. Toni Cantó parece hacer lo que puede pero no termina de parecer sentirse cómodo. Carlos Lozano y otros secundarios estarían bien para una serie de TV, con algo de suerte, pero desmerecen de la actuaciones precedentes. Candela Peña y Penélope cumplen aunque en papeles que no les permite demasiado lucimiento. Hay un desnivel tan grande de interpretaciones que la credibilidad del film se tambalea por momentos.

En una película tan arriegada en su guión, esta irregularidad hace resbalar el melodrama hacia el folletín y produce un bajón muy grande de calidad.

Además hay otro elemento claramente deficitario y realmente importante: el sonido. En ciertos momentos las actrices se doblan a sí mismas y eso se percibe con tanta claridad que abunda en las fracturas de la verosimilitud. Buena película, no obstante: uno de los mejores ejemplos del Cine según Almodóvar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lucien
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