Durante este confinamiento he aprendido algunas cosas, y una de ellas es que Christopher Plummer ha hecho más películas que el resto de los actores y actrices de Hollywood juntos.
Apenas recuerdo cómo resultaban las cosas a comienzos de Siglo, pero a buen seguro que, por entonces, nada era tan cursi. Y si un arquitecto y una médico se gustaban, a buen seguro que tampoco pasaban el sábado de su primera cita mirando casitas. Sin embargo, la historia funciona como alegoría: en la mayoría de las relaciones de pareja uno anda siempre dos años por delante del otro.
He pasado por encima de preguntas, lagunas y paradojas, y, aunque me sigue quedando algo irreal, aunque me sigue quedando una copia almibarada de Frecuency, es verdad que sería fantástico volver al pasado por ver cómo eran y sentían nuestros seres queridos. O a Christopher Plummer entre aquellos obreros que salían de la fábrica.