Película total que atrapa de principio por su complejidad y el talento derrochado en cada escena. Contiene varios géneros y todos en perfecto equilibrio: musical, comedia, drama, suspense, romance y película histórica. Una golosina del buen cine.

Cabaret fue una extraña alineación de estrellas donde todos los artistas hacen quizá el papel de sus vidas. Liza Minelli y Joel Grey, sin duda. El romance que ambos tienen con la cámara es pura dinamita, es magistral, unas interpretaciones que hoy en día son icónicas.

¡La película arranca a lomos de brillantes números musicales y no baja el ritmo hasta que aparecen los créditos! El guión, la fotografía, el montaje…todo está de primera. Se grabó en 1972 y mantiene la misma vitalidad, prueba de que es una obra maestra.

Algo increíble de Cabaret es su habilidad para mostrar las luces y sombras del ser humano, tanto individualmente como en sociedad. Cabaret es un canto al amor, la tolerancia y la libertad expresado en sus romances, sus escarceos, el placer, el humor, la diversidad sexual o la creación artística. Todos estos aspectos se muestran brutalmente enfrentados con sus contrarios: la intolerancia, el odio, la sumisión o la violencia.

Contrastes sobrecogedores mostrados sin trampas ni melodrama. Realista y honestamente. En fin, una película genial, poliédrica y de enormes contrastes.