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Voto de El Extranjero :
5
Romance. Comedia George (Freddie Highmore), un adolescente inteligente pero solitario y escéptico, cambia de actitud cuando entabla amistad con la bella Sally (Emma Roberts), una joven de su clase que le gusta desde hacía tiempo y que oculta su melancolía protegiéndose detrás de su máscara de "la chica más popular del instituto". (FILMAFFINITY)
4 de julio de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras una intensa y genial primera mitad, en la que tiene lugar la toma de contacto entre los dos chicos, la película pierde credibilidad.

Hasta entonces somos testigos de secuencias repletas de encanto y autenticidad, debido a la precisión con la que están construídas. Son escenas naturales, que lo mismo te acarician el corazón, que te lo revuelven y estrujan.

La escena de la discoteca es el descenso al dolor si empatizamos con el personaje masculino, pero después se trata de una balsámica reconfortación, pues admitamos que no es muy probable que cuando sientes haber tocado fondo y peor te encuentres, llegue una Emma Roberts, te encuentre dormido al lado del charco de tu propio vómito y te lleve a su casa.

Lo que está claro es que él le gusta, pero la inexperiencia juega un papel fundamental para retrasar un nuevo cruce de caminos que es como si tuviera ser predestinado por ley, y a partir de aquí es donde se empiezan a suceder las incoherencias más evidentes.

Primero, por mucho que a ella él le guste, hablar de una manera tan agresiva acerca de una proposición sexual no suena real, al menos lógico, aunque por otro lado este pueda ser un buen guiño a la imprevisibilidad de las mujeres como característica universal. Lo que sí que tiene una difícil justificación es la reacción tan inmadura de George, del chico, puesto a que al haber tanta confianza entre los dos (ha estado en su casa) es ilógico que se pille este rebote, por eso y porque eso no se hace con una chica que te gusta durante tanto tiempo, es antinatural. Para más colmo, ella le acosa con llamadas en las sucesivas semanas (algo también de bastante dudosa credibilidad) y él las rechaza todas.

Se pretende recalcar la inmadurez y lo poco que pueda estar preparado para tomar lo que quiere, desde este punto de vista el cuadro es acertado, pero ella es demasiado paciente con él, con sus nada acertadas reacciones así como con sus inoportunas salidas de tono.

El personaje de Emma Roberts es una de esas chicas que aunque de carácter discreto en público, siempre te resultará la más llamativa de la sala, de en las que percibes algo magnífico y especial. Y en efecto que este personaje lo tiene, es impredecible, libre, de espíritu salvaje e incluso algo bohemio, despojada de cualquier tipo de atadura ni necesidad de justificar sus repentinos cambios de decisión, que siempre hará lo que le apetezca en cada momento. En este sentido no se la puede quitar la razón cuando le dice al inocente George que ya habrá tiempo en el futuro para que estén juntos, que 'la vida es larga' en lo que los dos se besan, no se nos constata si se acuestan, la película juega a ser intuitiva. Resulta un cierre un tanto raro y contradictorio, aunque el último giro sobre la bocina nos revele un detalle precioso, pero que ya imaginábamos (que la pintura que le sirve de inspiración de la verdad es un retrato de ella) y nos deje un final abierto, pero posiblemente el que proporcione la visión más madura posible, no me ha convencido nada, al igual que practicamente toda la segunda parte del filme a pesar de esos toques más aduladores del cine indie.

Una de esas películas que lamentas que no te hayan gustado más.
El Extranjero
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